Buenos días lector:
Dejo aquí mi segundo proyecto de investigación que realicé mientras estuve en la Universidad, al igual que la ¿La descolonización del Sáhara? Un repaso a la historia: entre la verdad oficial y la realidad. Al igual que este último, es un artículo más extenso y profundo sobre la temática que trata, pero sumamente interesante. Todos hemos oído hablar acerca de la Inquisición, sabemos lo que es, hemos visto documentales y películas ¡incluso museos! Sin embargo ¿nos hemos planteado a raíz de qué surge esta institución, qué necesidad hizo que a alguien se le ocurriera crear esta poderosa y temible arma que tenía tanto la Iglesia como los monarcas?
A partir de las fuentes escritas de los cronistas y la bibliografía vamos a contestar a estas cuestiones:
Para ello nos basaremos en
varias crónicas, seis concretamente. Primero se expondrá qué relataron para a
continuación comparar la visión de cinco testigos de los hechos (dos crónicas
son del mismo autor), analizar aquello en que coinciden y aquello en lo que se
diferencian. Deduciendo que los aspectos que casan son los más fiables.
Tras este primer análisis
comparativo se hará un segundo, pero esta vez con la bibliografía moderna. Igualmente
primero veremos qué se recoge y luego se estudiará.
Hecho esto, se procederá a contrastar la información de las crónicas a
la de la bibliografía para ver si es uniforme o no. El estudio se finalizará
con unas conclusiones.
Por último, antes de comenzar
aclaremos qué entendemos por orígenes de la Inquisición:
Nos estamos refiriendo tanto a
los hechos precedentes que dieron lugar a su establecimiento así como sus primeras
acciones una vez creado, ya que se entiende que ejemplifican y aclaran las
causas que dan a su origen.
Orígenes de la Inquisición
según las crónicas
·
Los cronistas
Es oportuno, antes de ver las
fichas donde se recoge resúmenes de los capítulos en las que hacen referencia
al Santo Oficio, ver y conocer acerca de
la vida de los cronistas y sus posturas para así entender bajo qué perspectiva
escriben sus crónicas. De esta manera, comprenderemos bajo qué ideas escriben
y, tal y como se verá, todos ellos estarán a favor de los conversos salvo uno,
en contra. (De esta manera, el análisis será mucho más comprensible). Es
interesante ver cómo cambian las versiones según estén a favor o en contra de
los cristianos-nuevos.
Hernando del Pulgar:
Se
trata de un escritor español, conocido también como Fernando del Pulgar. No se
sabe con certeza ni el lugar ni el año de nacimiento. Se cree que era natural
de Toledo, nació en 1430 probablemente, hijo de judíos conversos, y que murió
ca. 1493, sin que se sepa tampoco el lugar. Su padre era escribano de Toledo,
Diego Rodríguez.
Estuvo en la corte de Juan II de Castilla, en los
últimos años del reinado de éste, y en la de su hijo y sucesor Enrique IV,
hasta 1468. La estancia en la corte de Enrique IV le sirve para escribir su
Libro de los “Claros varones” (Toledo, 1486).
En 1471 era secretario de los Reyes Católicos y en 1474-75 su embajador en
Francia. Retirado de la política y de la corte desde 1479, fue llamado por
Isabel la Católica, en 1482, para ocupar el cargo de cronista.
Su Crónica,
“De los muy altos y esclarecidos reyes
Católicos don Fernando y doña Isabel”, es una historia incompleta y no muy
exacta del reinado de los Reyes Católicos, que comprende desde 1468 a 1490,
dividida en tres libros, de los que el último está dedicado a la guerra de
Granada, también incompleta, pues ésta termina en 1492.
No
obstante, a pesar de estos defectos, tiene el valor de ser su autor un testigo
de los hechos que narra, pues acompañó a los Reyes Católicos en sus
desplazamientos, pero también desfigura la verdad y yerra en la cronología,
exponiendo hechos en versión poco acorde con otras fuentes narrativas y
documentales, que parecen más verídicas. Sin embargo, está escrita en
castellano, en excelente prosa, por lo que puede considerársele uno de los
mejores cronistas de su tiempo en lengua castellana.
Para
el aspecto que nos interesa, comenzó a escribir la crónica en 1482, después de
la fundación de la Inquisición, no obstante, escribirá, como veremos, de los
conversos antes de la creación de la institución y, sobretodo, veremos detalladamente,
su postura, que será defenderlos.
El
mejor ejemplo para ver su opinión es su epístola “Para un amigo de Toledo” (que veremos más adelante).
Su
postura, dicho de forma sucinta, es defender a los conversos puesto que
considera que la impureza de sangre y la oscuridad de linaje la adquieren sólo
quienes dejan el camino de la virtud y se inclinan al de los vicios.
Él
sostendrá que el conflicto entre cristianos-viejos y conversos surgió de la
envidia por la riqueza de los conversos y de los celos por los honores que
alcanzaban y por la autoridad con que ejercían los cargos que ocupaban. La
contienda era por tanto, racial y social (y no religiosa a su criterio).
El
remedio para el conflicto de qué hacer con los cristiano-viejos serán las
mismas medidas que ofertan Barrientos, Montalvo y Oropesa: severos castigos
para los enemigos de los conversos.
Sin
embargo, hay que tener en cuenta que esta posición fue antes del
establecimiento del Santo Oficio. Su fundación y la guerra que declaró a los
conversos le obligó a que moderase sus
convicciones ya que lo colocaban en confrontación directa con la temida
institución. Sobrevivir significaba aceptar la posición de la Inquisición y
tuvo que aceptarla, pero siguió con la defensa de los conversos.
De
tal modo, escribió al cardenal Mendoza una carta donde exponía que, por ser
medida inhumana, la imposibilidad de suprimir una herejía a gran escala por
medio de un exterminio en masa. Su falló radicó que no era ése el plan de la
institución y por lo tanto, la carta fue escandalosa y le costó la acusación de
herejía. Casi se le obligó abandonar la corte, le salvó que un año después
fuese llamado para ser cronista del reino, pero sabía que esta vez debía ser
más cauteloso.
Por
esta razón, al redactar las crónicas trató de ser lo más dócil posible y evitó
toda crítica a la Inquisición. Sin embargo, cómo se observará en las fichas, no
podrá callarse ciertos acontecimientos por considerarlos atrocidades que
presenció y usó la crónica no sólo como medio de información sino también de
ataque a pesar de tomar precauciones. Así, como analizaremos, cuando incluye en
la crónica el relato de inicio de las actividades inquisitoriales en Sevilla,
las que considera ilegales e impropias por ser practicar castigos demasiado
severos para los delitos.
Andrés Bernáldez:
En su “Historia
de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel” recoge aspectos importantes de la Castilla de finales del
siglo XV: la Guerra de Granada, la expulsión de los judíos y las vicisitudes de Cristóbal Colón.
Alonso Oropesa:
Este hombre es un religioso de
la orden de san Jerónimo, estudió Artes y Teología, aunque destacó por sus
dotes literarias. Hacia mediados de siglo fue nombrado prior del convento de
Santa Catalina de Talavera y unos años después fue elegido, a instancias de Alonso
Carrillo, inquisidor de Toledo. Alonso de Oropesa no sólo tuvo
influencia en el clero, sino también en la corte ya que
se convirtió en uno de los principales consejeros de Enrique
IV
de Castilla. Fue también predicador y uno de los más distinguidos del momento.
Su interés por el problema
converso comienza con la rebelión de Toledo de 1449 y la publicación de la
Sentencia- Estatuto.
Hay que tener en cuenta que para un cristiano viejo del siglo
XV, defender a los conversos contra sus calumniadores por motivos religiosos
debió de ser tarea poco envidiable ya a principios de los cuarenta, pero se
hizo cada vez más difícil en los cincuenta y sesenta, y hacía los setenta
demasiado arriesgado. Tan cargada de prejuicios y odio a los conversos estaba
la atmósfera social en Castilla que cualquier cristiano viejo, por respetado
que fuera, que rompiera una lanza por ellos pronto era blanco de escarnio y
difamación y aún de rumores de que era converso o descendiente de ellos.
Esto justamente es lo que le pasó a Oropesa, tuvo que poner
las cosas en claro para proteger su integridad y su buen nombre.
Se debió a que era hipercrítico de los detractores de los
conversos. Para él, los conversos son plenos hermanos de la fe y los considera
extensión apropiada del movimiento judío de conversión al cristianismo, y que
ayuda a la expansión de la fe. Según su consideración, la actitud de la Iglesia
hacia todos los miembros se basa en el principio de igualdad completa.
Por ello, todos los argumentos detractores los estimará sin
valor alguno y se atreve a manifestar que los líderes del movimiento detractor
saben de sobra que sus argumentos son falacias.
Oropesa ve como causas de la campaña anti-conversa los
terribles celos de los cristianos-viejos y opina que el único modo de frenarlos
será con medidas represivas que deben tener tres fines:
1) Calmar los tumultos
2) Cesar de sus oficios
3) Desposeerlos de toda
autoridad
Y aún va más allá, propone la excomunión. Con lo que conlleva
esta pena en estos momentos no es extraño que se le ataque.
Por último, debemos tener en cuenta lo más importante: a
diferencia de los demás defensores de los conversos. No aprovechan unas
crónicas reales, como Fernando de Pulgar, para hacer algunas críticas, sino que
su obra está dedicada para este fin exclusivamente. Lo que incrementa mucho más
el riesgo y más si es el mayor defensor de los conversos de estos momentos.
Hay que comentar que su obra de Lumen no fue publicada en su
momento, de hecho, estuvo olvidada hasta que Luis A. Díaz y Díaz sacó su obra a
la luz y la tradujo del latín al castellano. De hecho, la publicación de la
versión latina es todavía un desiderátum, así que sólo se puede consultar a
través de Internet.
Pérez Guzmán:
Fernán fue poeta y biógrafo
español. Señor de Batres, sobrino del canciller Pero López de Ayala y tío de don Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, fue hijo de don Pedro Suárez
de Guzmán y de doña Elvira de Ayala.
Por ser
pariente del arzobispo de Toledo, don Gutiérrez Gómez, fervoroso partidario de los infantes de Aragón,
siguió a López Dávalos y a Fernando de Antequera pero cayó en desgracia ante Juan II, pagándolo con la prisión. Al salir de ella se retiró
a su señorío de Batres a los cincuenta y seis años para consagrarse a la
lectura y el estudio, y de allí apenas volvió a salir hasta su muerte.
A lo largo de
su vida desempeñó importantes misiones como embajador de Castilla en Aragón y
ocupó diversos cargos en la corona castellana. En 1435 rompió las relaciones
con la corte debido a los enfrentamientos que tuvo con Álvaro de Luna.
Es autor de
composiciones poéticas como las que recoge el "Cancionero de Baena" y de relatos en prosa como "Mar de Historias” y “Generaciones y Semblanzas" o "Crónica del rey Don Juan II”.
Guzmán fue más
cauteloso que Oropesa y Barrientos para evitar ataques. Se anticipó a las
esperadas calumnias rindiendo homenaje a los críticos de los conversos y
enmarcando sus propias evaluaciones positivas de éstos en expresiones moderadas
y discretas.
No niega la
posibilidad de que hubiera algunos no cristianos entre los conversos pero se
opone a la tendencia de sus detractores de hacer de esta posibilidad certeza y
extender la existencia de algunos herejes al grupo entero de conversos.
Guzmán no duda
de que los conversos que crecieron desde la infancia en otra religión no podían
adherirse a su nueva religión como los nacidos y criados en ella; pero está
seguro de que los hijos de conversos, y aún más sus descendientes, eran
católicos y firmes a la fe. Su propio conocimiento de judeoconversos frailes,
prelados y reformadores de órdenes religiosas sólo podía confirmar esta
convicción, al igual que la conducta de muchos hijos de cristianos convertidos
del islamismo.
Además afirma
que ninguna acusación verídica de infidelidad religiosa se ha comprobado contra
ningún converso, y se asombra de la audacia de los críticos de conversos que,
si n acusar concretamente a nadie, no vacilan en condenarlos a todos. Concluye
su defensa de los conversos con la significativa observación de que la censura
anti-conversa parece resultar del deseo de difamar antes que de celo de
corregir.
Diego de Valera:
Hijo del médico
Alonso García Chirino y de Violante López, y hermano de Juan Alonso Cherino,
que fue enviado, junto con Fray Francisco de Soria, por Juan II a Durango para
realizar las primeras indagaciones sobre el movimiento herético surgido allí y
ferozmente reprimido, Mosén Diego de Valera fue doncel de Juan II de Castilla en
1427 y hayo de los Stúñigas o Zúñigas (Álvaro de Zúñiga concretamente).
Llevó una vida
típicamente “caballeresca”: sirvió al rey, luchó en la batalla de Toro y la de
Higueruela (1431) y viajó por toda Europa, sirviendo a los reyes Carlos VIII de Francia y Alberto de Bohemia; fue además embajador de Castilla en Dinamarca,
Inglaterra, Borgoña y Francia. Al volver a Castilla se puso del lado de los
adversarios del condestable don Álvaro de Luna y ayudó a su
caída. Murió siendo alcaide del castillo del Duque de Medinaceli, en Puerto de
Santa María.
Escribió Epístolas llenas de consejos a los
reyes, en estilo castizo. Una historia del mundo hasta su época basada en
cronicones anteriores, titulada Crónica abreviada o Valeriana (1482), en la
que destaca la parte dedicada a Juan II, como conocedor directo de los hechos.
Una crónica del rey de Castilla Enrique IV (el “Memorial
de diversas hazañas”), cuya
continuación de la misma pluma es la “Crónica de los Reyes Católicos”, que abarca entre los años 1474 y
1488 y trata sobre la guerra contra Portugal y la guerra de Granada principalmente.
Redactó el “Memorial de diversas hazañas” bajo la
vigilante mirada de la Inquisición. En ella procuró exonerar a los conversos de
la acusación de depravación religiosa, pero quiso hacerlo de manera que no lo
colocara en la necesidad de tener que responder algunas preguntas
inquisitoriales incontestables. Al describir a los conversos, por lo tanto,
trascribe declaraciones y frases que halla en fuentes anteriores (Alonso de
Palencia), para poder siempre afirmar que su obra es mero producto de una
investigación puramente erudita. (Sería obviamente una pobre excusa, pues le
podrían acusar de escoger deliberadamente y de modo casi exclusivo materiales
favorables a los conversos. Pero era la única defensa en la que podría pensar
en aquellas circunstancias sin comprometer su tarea de historiador o traicionar
su conciencia).
Sin embargo, en
la “Crónica de los reyes Católicos”,
cuando habla de la fundación del Santo Oficio vamos a ver (más adelante) una
aptitud distinta donde alaba la creación de la institución por parte de los
RRCC y le parece bien el ataque a los conversos. Para suavizar el golpe al
grupo que defiende en el Memorial, incluirá a los cristianos viejos que se
desviaron del camino correcto, a los exeguetas y a los escépticos. Presentando
así su achaque no anti-converso sino anti-herético.
·
Fichas
Andrés Bernáldez
“Memorias
de los reinados de los RRCC”
Capítulo XLIII: Del comienzo de la heregia, e del comienzo
de la Inquisción, e de cuándo ovo su inpinación la musaica pravedad e castigo
de las ceremonias judaicas. (Pág 94-98)
La herética pravedad reinó largo tiempo
escondida y andando por los rincones, disimulada por el cuerpo eclesiástico que
no lo denunciaron ni a los reyes ni a los papas.
Para él, el comienzo fue en el año 1390,
con el comienzo del reinado de Enrique III y por fray Vicente, santo e católico
varón docto de la orden de Santo Domingo. Fue a predicar a las sinagogas, pero
los judíos no hacían caso y en sus “glosas de rabinos” había muchas mentiras.
Con que Vicente apenas pudo convertir a unos pocos.
Pero como mataron a muchos judíos en
Castilla en un mismo día se fueron a bautizar pero luego volvían a ser judíos.
Estos se llamaron conversos y al ser convertidos pasaron a ser herejes. Muchos
eran ricos: se trataba de mayordomos, abades, frailes, canónigos, contadores,
secretarios y grandes señores.
En la
época de los RRCC era tal la herejía que “los letrados estaban a punto de
predicar la ley de Moisen”. Estando los reyes en Sevilla, hablaron con un santo
e católico hombre, fraile de Santo Domingo en San Pablo, Alonso de Hojeda, que
predicaba en esta ciudad contra esta herejía y se lo hizo constar a los RRCC.
Sigue
describiendo que son feroces, hediondos, tragones y “comiliontes”, que se
escapaban de hacer los sacramentos.
Al
escuchar esto los reyes mandaron al provisor de Sevilla, Pedro Fernández de
Solís y Alonso, de dar castigo a ello y ellos comentaron a los RRCC que la
única manera de parar el mal en toda Castilla era fundando la Inquisición y entonces
pidieron la bula al Papa Sixto IV para castigar la herejía por vía del fuego.
Se concedió la bula y se creó en 1480.
Andrés Bernáldez
“Memorias
de los reinados de los RRCC”
Capitulo
XLIV: De cómo comenzaron en
Sevilla a prender e quemar e reconciliar los ereges judaicos. E de la gran
pestilencia del año de cuatrocientos e ochenta y uno. (Pag
99-103).
En
Sevilla rápidamente empiezan a actuar, y prenden incluso a jurados y letrados
ricos y se les encierra en el castillo de Triana y estos fueron relajados. Los
tres más ricos de la ciudad por ser uno de ellos un rabí, Diego de Susán,
Manuel Sauli y Bartolomé. Con las duras medidas fueron espantados los conversos
y huyeron a Portugal o tierra de moros. Mandaron prohibir que se escaparan.
Siguieron quemando eclesiásticos por tener sangre conversa. Después de Sevilla,
fueron a Córdoba.
Diego de Valera
“Crónica
de los RRCC”
Capítulo XL: De las cosas de los sereníssimos rey e reyna
don Fernando e doña Isabel en la ciudad de Toledo hordenaron de hazer. E como
començo la ynquisiçion de la heretica pravedad en estos reynos, por su mandado.
(Pag
123-124)
En Toledo los RRCC dan orden de castigar a
cargos públicos y les requisan una suma de dinero, los degollan y sus bienes
repartidos a los pobres.
Fernando,
“por la pereza y poco cuidado de servicio a Dios en sus reinos de los
convertidos y también de los cristianos-viejos”, que están públicamente
judaizando y entienden las Sagradas Escrituras de distinta manera que los
santos doctores de la Iglesia. Y se cree que aún dura la herejía de Durango.
Alabando
a los RRCC, comenta como deciden acabar con los excesos y crímenes cometidos en
sus reinos. Por ello piden consejos a notables religiosos, entre ellos a
Fernando Talavera y Torquemada.
La
inquisición se establece y practica tales duros castigos que son quemados más
de mil quinientos, reconciliados: cuatro mil. Ante esto huyen masivamente a “tierra
de moros”, Portugal y diversas partes.
Pérez de Guzmán
“Generaciones
y semblanzas”
Obras
de Pérez de Guzmán: Don
Pablo de Santa María. (Pag 39).
Don
Pablo fue obispo de Burgos, era hebreo y converso pero un gran sabio y
estudioso.
Aprovecha
para demostrar como conversos sirven fielmente a la fe cristiana y denuncia
cómo algunos hablan sin contemplaciones condenando a los cristianos nuevos,
afirmando que no son útiles para la fe ni buenos cristianos.
Para
defenderlos aunque reconoce que los primeros convertidos no serán fieles devotos
y pueden recaer en su religión anterior, los excusa recordando que han nacido
en la otra religión y han sido convertidos a la fuerza. Sin embargo, sus hijos
y nietos si serán buenos cristianos. Lo cree así por la fuerza del sacramento
del bautismo y porque conoce conversos que son buenos cristianos y que se han
convertidos por propia voluntad. Por ello está en desacuerdo que se condene a
toda una nación.
Resulta curioso que Fernando Pulgar, en su
obra “Claros varones”, (pag 122) hable de “Cardenal
Sant Sixto”, es decir, de Torquemada y no haga ninguna referencia acerca de
la Inquisición.
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“Crónicas de los RRCC”
Carta inédita de Pulgar sobre
la ejecución de los conversos. Estudio preliminar, (pag
L-LII)
En esta
carta comenta que duda que 10.000 niñas (de diez a veinte años) de Andalucía
sean judaizantes porque desde que nacieron están dentro de sus casas sin salir
de ellas y así es difícil que oyeran o supieran de prácticas judías a no ser
que se las inculcaran sus padres. Por lo tanto, quemarlas sería algo bastante
cruel. Los inquisidores Diego Merlo y Medina, que son buenos cristianos, harán
mejores cristianos con el agua bendita que con el fuego, como está el ejemplo
de los obispos Paulo y Alonso.
Fernando Pulgar
“Crónicas
de los RRCC”
Capítulo
XCVI
Tomo I (pag 334-337)
En
Sevilla, algunos clérigos informan a los RRCC que los conversos están
judaizando y pidieron que se le castigara y que si no se castigaba la santa fe
católica iría en detrimento por tanto mandaron al cardenal de España, el
arzobispo de Sevilla, que debían hacer los sacramentos y se publicó en todas
las parroquias por constitución. Los curas debían supervisarlo y si no se
cumplía, debían amonestarlos.
Pero al
no servir esta medida porque volvían a recaer y al saber esto los reyes se
pusieron en contacto con el Sumo Pontífice y este les concedió una bula para
que establecieran la institución con sus inquisidores para que pudieran
castigar la herética pravedad. El cargo principal será para Torquemada. Este
prior sustituyó en su lugar inquisidores en todas las villas de Castilla,
Aragón, Valencia y Cataluña, donde se publicaban edictos para que los conversos
confesaran y se reconciliaran.
Los
conversos aparecieron ante los inquisidores y confesaban su herejía y se les
daba penitencia. Unas 15000 personas.
Los que
no confesaban dentro del plazo anunciado en el edicto y eran denunciados se les
hacía presos, se les sometía al proceso y eran condenados por herejes y
apóstatas. Eran quemados por la justicia seglar. Recoge unas 2000 personas y
aunque muriesen durante el proceso se libraban de la pena, se les aplicaba a
sus huesos las penas.
Muchos
conversos huyeron a Portugal, Italia y Francia. Ante esto los inquisidores
requisaban sus bienes y al final se decretó
que ningún judío morase en Sevilla y Córdoba.
Fernando Pulgar
“Crónicas
de los RRCC”
Capítulo
XCVIII: Como el rey e la
reyna ovieron nueva que el rey de Portugal era vuelto a su reyno. E lo que
Gomez Manrique fabló a los de Toledo. Tomo I (Pag 343-351).
(En
este capítulo aprovecha el discurso dado para poner en Manrique, gobernador de
Toledo, sus propias palabras). Año 1478, cuando la ciudad está bajo la amenaza
de nuevos ataques conversos. En este discurso repasa la actitud de los
toledanos en las décadas anteriores, les recuerda cómo se rebelaron contra un
rey tras otro creyendo que con estas rebeliones y robos lograrían riquezas y
honores y sólo habían conseguido pobreza y no lo conseguirán ahora atacando a
los conversos. En palabras de Manrique afirma que él se abstendrá de continuar
y extender el castigo que había comenzado a imponer a malhechores porque los
reyes son tan piadosos que no miran de qué sangre son sus súbditos.
“Crónicas
de los RRCC”
Carta: “Para un amigo de Toledo”. Estudio
preliminar. Tomo I (pag 63-64).
Denuncia
cómo se priva de cargos públicos por la sangre y se piensa que los de no buen
linaje no tienen derecho a ser ricos,
sobre todo los que son ricos desde poco tiempo. Señala que la causa es la envidia
y este tormento provoca insultos y tomar armas para quedarse con las riquezas.
Considera que esta no es una conducta correcta.
Fernando
del Pulgar
“Crónicas de los RRCC”
Capítulo CXX: de la esecuçion que se fiço en Sevilla
contra los hereges. Tomo I (pag)
Al enterarse los RRCC
que había conversos que judaizaban, el rey mandó a un religioso de la orden de
Santo Domingo, que era superior del monasterio de Santa Cruz de Segovia, que se
encargarse de la Inquisición general de todos los reynos e señoritos. Este
prior aceptó el cometido y además hizo llamar a otros tres letrados
eclesiásticos: uno de Valencia, otro de Burgos y el tercero era Juan Medina. A
ellos tres los colocó en Sevilla para que ejercieran como inquisidores. Tan
pronto como tomaron el cargo apresaron a muchos conversos por judaizar y 300
fueron relajados y el resto hecho presos. Ante este ataque, los conversos
optaron por huir a Portugal y a la tierra de moros y a señoríos. Al huir, se
les coge los bienes para pagar justamente la guerra a los moros.
Se comenta que la
inquisición estaba actuando incorrectamente y los familiares de los presos se
quejan de esto a los RRCC. Se quejan de los procesos y de las formas de tomar
las declaraciones, donde dan tormentos y en las sentencias se ejecutaban de
forma muy cruel, y no sólo con los procesados, sino contra todos para difamar a
la comunidad de conversos. Además, para aquellos que confesaba de su herejía,
también se les castigaba duramente y la pena del fuego era excesiva.
Ante estas quejas los
RRCC mandan que se viera esta cuestión en el consejo y que se hiciera lo
marcado en el Derecho, para ello se reúnen el cardenal de España (arzobispo de
Sevilla) y los obispos de Jaén, Palencia y diez doctores, en dicha reunión
regulan los procesos y penas.
Pero a pesar de esto,
Sevilla se despobló de conversos y se le notificó a la reina, ante esto mandó
disminuir las rentas y decretó que había que limpiar el reino de la herejía.
Diego Valera
“Memorial
de diversas hazañas”
Capítulo
XXXVIII: de la batalla que se
obo cerca de la villa de Olmedo entre los reyes don Enrique e don Alonso. (Pag
134-43)
En
Palencia, el rey Alfonso rechaza la petición que le dirigieron los toledanos de
que les autorizara a conservar los bienes y oficios que les habían quitado a
los conversos en los recientes disturbios [aunque
lo omite son los disturbios de Carmona de 1462 y los de Toledo de 1467], (a
estos peticionarios los llama malos robadores). Aprovecha para comentar que los
disturbios son provocados por la gran enemistad que hay sobre los conversos por
parte de los cristianos viejos y su soberbia y envidia por el dinero de los
cristianos nuevos y “en verdad el aspecto religioso brilla por su ausencia”.
Oropesa
“Lumen ad revelationem gentium”
Capítulo
XLVI:
donde para
responder a los argumentos expuestos se descubre y expone primero cómo este es
un modo común de equivocarse en que creían apoyarse los argumentantes, y al
respecto se explica de dónde provenga la trampa, porque procede de un principio
viciado, como se hace ver claramente.
Denuncia como muchos que predican la fe
católica en verdad son falsos profetas y pseudo-apósteles que en verdad se
mueven por la concupiscencia, o por la envidia y
emulación, o por la soberbia y ambición, que tienen ciego y se cegará su necio
corazón, hasta intentar defender el error en lugar del sano consejo, y diciendo
que son sabios se vuelven necios.
Para él, los enemigos de los conversos juegan este papel que han
jugado otros a lo largo de la historia de la cristiandad. Empeñados en dividir
el pueblo de Dios cuando él los unificó.
“Lumen ad
revelationem gentium”
Capítulo XLVII: Donde
se ponen tres reglas generales que tenemos que seguir al tratar y exponer las
sagradas escrituras, por las que también fácilmente pueden convencerse
quienesquiera que yerren en tales doctrinas, y que también mediante ellas
quedan convictos y son inexcusables los que pretendían introducir en la Iglesia
esta doctrina del cisma y lucha entre estos dos pueblos.
Aquí afirma cuánta ha sido la temeridad y
audacia de los cristianos-viejos que quieren separar de la Iglesia de Dios a
los que se habían convertido del judaísmo y hecho cristianos por el bautismo.
También denuncia cómo se esfuerzan por
excluirlos de los oficios, dignidades y otros honores de la Iglesia. Para él
esto va contra la autoridad de la Iglesia universal, contra su sagrada Escritura
y sucesión tácita, contra su uso y costumbre prolongado desde los santos
apóstoles hasta ahora, y contra sus honorables concilios (se apoya en los “Hechos
de los Apóstoles”) y asevera que va en contra el concilio Niceno, donde está
escrito que hay un solo bautismo y también una comunión de los santos, es
decir, de todos los fieles.
Por lo tanto, quedan convictos y son inexcusables las personas que
atacan a los conversos y los denomina sectarios. Afirma que no tienen disculpa
alguna de ignorancia o simplicidad, y para esto se apoya en las palabras de
Tomás porque condena a estos “nuevos doctores envidiosos y pertinaces
luchadores con sus discípulos y secuaces”.
Con esto cree que podría y
debería bastar para dejar convictos y también para destruir tal postura y error
pertinaz así como para condenar también a sus autores, secuaces y defensores.
“Lumen ad
revelationem gentium”
Capítulo XLII: Que
esta misma unidad de la Santa Madre Iglesia respecto a la fe y sacramentos y
demás oficios y beneficios suyos hacia todos sus fieles sin diferencias, de
dondequiera que hayan venido a ella, está igualmente confirmada en las leyes
civiles por los reyes católicos, como obsequio y reverencia a la Santísima
Madre Iglesia de quien espiritualmente han nacido.
Advierte que se ha de controlar a estos
sembradores de cizaña y discordia. Además que habría que añadir a las leyes civiles
de los príncipes creyentes medida con las que se apague del todo su aludida
temeridad.
Defiende la idea de que los reyes deben
tomar partido en la cuestión porque considera que corresponde a los mismos
reyes y príncipes cristianos, si de verdad quieren ser nobles e ilustres ante
Dios y los hombres, así como permanecer en las sedes que ocupan, el mantener en
paz a su santísima madre la Iglesia y procurar incesantemente su concordia, tan
amable y necesaria; pues, de no hacerlo, no podrían dar cuenta de su gobierno
ante Dios, por quien ellos reinan.
Movido, pues, por esta ilustración de la Iglesia santísima y
encendido por el celo de la fe, por el amor de la paz y concordia evangélicas, recuerda
al noble rey don Alfonso, tan buen hijo católico de la Iglesia como diligente
gobernante de su reino (a su parecer) y pone aquí el origen del surgimiento “en
el tiempo en que reinaba el murmullo de esta sediciosa discordia que había que
hacer desaparecer, dentro de sus reinos, inmediatamente coartó todos sus
torbellinos con una ley rigurosa, volviendo a la tranquilidad debida al
establecer por mandato que todos los bautizados en la fe fueran en todo y por
todo iguales y concordes en la única comunidad católica del estado”, Por lo
tanto, los dos pueblos permanecieron en paz por algún tiempo y se quedó
adormecida la turbulenta discordia; hasta que poco a poco, “por la agitación
del demonio”, ha vuelto a surgir promovida públicamente y ha sacudido la
sagrada comunión de los fieles.
·
Análisis
Para realizar el análisis
comparativo, vamos a centrarnos en los siguientes puntos:
o
Fecha a la que se remontan para ver el comienzo
del problema que originó el establecimiento del tribunal.
o
Dónde
o
Quiénes fueron claves para ello
o
Motivos económicos
o
Motivos sociales
o
Actitud de los reyes
Por lo que respecta al primer
aspecto, vemos como algunos cronistas se remontan más atrás que otros. Andrés
Bernáldez apunta que es desde 1390, con la actuación de Alonso Hojeda
predicando en las sinagogas, en el reinado de Enrique III y Diego Valera se
establece desde 1462 y 1467 con motivo de las revueltas de Carmona y Toledo.
El resto de los cronistas
relatan los hechos ya a partir de 1477, un año antes de la fundación de la
Inquisición.
De tal modo es interesante
detenerse a observar los que se remontan más atrás. Claramente las causas que
originan el surgimiento del tribunal no sólo se producen un año antes, sino que
no se produce una inmediata relación entre esos hechos y el Santo Oficio por
parte de los contemporáneos del momento, que hay que tener en cuenta que no son
historiadores sino cronistas que relatan lo que están presenciando.
De tal modo, que pondremos
estos hechos como los primeros indicios de lo que posteriormente se irá
agravando, puesto que hay presencia judía que ya empieza a incomodar a los
cristianos-viejos.
En cuanto a los lugares claves
vemos uniformidad por parte de los cronistas, entendiendo que son aquellos
donde tienen lugar los conflictos: Sevilla y Toledo.
Como figuras claves, vemos cómo
Andrés Bernáldez señala a Alonso Hojeda, por sus predicaciones y su actuación
en Sevilla hablando con los RRCC, mientras que Valera considera que es
Torquemada y Fernando Talavera, ya que los RRCC le piden consejo.
El resto de los cronistas no
mencionarán personajes que influyesen a los monarcas, sino comentan simplemente
cómo a los monarcas se les informa del problema y en consecuencia, toman sus
decisiones.
Realmente pensar que por la
petición de un clérigo los monarcas tomen una decisión con tales repercusiones
se trata de una explicación demasiado simplista donde obvia otros factores que
sí son realmente claves para la creación del Tribunal, tales como los que vemos
a continuación.
Analicemos conjuntamente los motivos sociales y económicos:
Oropesa apunta claramente a la envidia de los
cristianos viejos por los cargos administrativos y eclesiásticos que ocupan los
conversos.
Andrés Bernáldez apunta que el
problema viene al convertirse al cristianismo, puesto que siguen con las
prácticas judías y entonces son herejes. Señala cómo continúan con sus antiguas
creencias.
En cuanto a Diego Valera,
también indica que es el comportamiento no riguroso de los conversos lo que
lleva a Fernando a tomar la decisión (aunque indica también que algunos
cristianos-viejos tampoco son ejemplares). Es llamativo como recalca que en
realidad las faltas de aspecto religioso brillan por su ausencia a la hora de
atacar a los conversos.
Hernando del Pulgar, al igual
que Oropesa, culpa que la causa es la envidia, que provoca insultos y tomar armas para quedarse
con las riquezas.
Bien, ante esto estamos viendo
que salvo Andrés Bernáldez, que está en contra de los conversos, el resto de
los cronistas indican que prima la causa económica sobre la religiosa. Pero no
sólo lo vemos en sus declaraciones por ocupar los cargos públicos y acumular
riquezas, sino también en otro aspecto: los primeros conversos en ser castigados
en Sevilla pertenecen a una escala social alta. Hasta Andrés Bernáldez recoge
como uno de los condenados es Diego Susán (regidor). Así lo recoge también
Hernando del Pulgar.
Por lo tanto, estos
acontecimientos corroboran que sean por motivos económicos ya que de no ser así
no irían desde un primer momento a condenar a los conversos ricos, dado que si
se les declaraba culpables, se les confiscaba sus bienes, tal y como nos cita
Pulgar al recoger el funcionamiento del Santo Oficio. Otro motivo clave que
indica este interés económico son las peticiones reiteradas de los
cristianos-viejos a los RRCC, piden que no ocupen los cargos, si la causa es el
no cumplimiento de los ritos cristianos, esta solicitud carecería de sentido y
sin embargo, este hecho está recogido por Pulgar y Valera.
Bien, si como causa clave de la
aparición de la Inquisición apuntamos a la riqueza de los conversos, derivando
a que los cristianos-viejos se movilicen para arrebatarles tales riquezas y
puestos; no hay que olvidar otro factor clave: Fernando e Isabel, pues
independientemente de las sugerencias de clérigos, serán ellos quienes
soliciten al Papa la bula para la creación del Tribunal.
¿Por qué a los Reyes les
interesa un Santo Oficio? Según Valera, por ver que los conversos no eran
buenos cristianos, Bernáldez indica que es para que no se extienda la herejía,
también Pulgar recoge que es por quejas de que los conversos judaízan. Sin
embargo atendamos a un detalle altamente significativo: Pulgar recoge que
Toledo está bajo amenaza de nuevos disturbios por parte de conversos, pero
también recoge en el discurso de Manrique cómo los cristianos-viejos también
están provocando conflictos. Diego Valera también nombra conflictos. Ante esto
a los RRCC les interesa un objetivo ante todo: mantener el orden y la paz en
sus reinos, para ello hay que calmar a los cristianos-viejos accediendo a sus
peticiones y castigar a los conversos que se revelan por las hostilidades para
que cese los disturbios.
Si nos fijamos, los RRCC sólo
toman represalias contra los conversos cuando despiertan el odio, porque si
desde un primer momento sintieran rechazo por tener sangre judía, jamás les
hubiesen permitido que ocuparan cargos administrativos y eclesiásticos. De tal
modo que tampoco es por causa religiosa por la que los RRCC deciden instaurar
la Inquisición. Es más, como leemos en Pulgar, antes deciden una medida previa
enviando a los curas a supervisar si los conversos realizaban los sacramentos.
En añadidura, si el objetivo es
recobrar la paz en los reinos, la actuación de la Inquisición ha de ser dura en
sus comienzos para satisfacer a unos y provocar el temor en otros. Tal es así
que, sin ellos desearlo, se produce una huída masiva como recogen varios
cronistas.
¿Pero consiguieron lo que
pretendían? ¿Mantener la paz? Está visto que no totalmente, pues se recoge cómo
los conversos protestarán por los duros castigos que se les aplica. Y no sólo
ellos, a pesar que hayan muchos detractores de los conversos, también hubo
defensores que los apoyaron, aunque sólo tenemos constancia de estos cronistas
que lo dejaron por escrito (asumiendo sus riesgos). De hecho, los RRCC tendrán
que lidiar con aquellos Papas que se muestren recalcitrantes ante el
funcionamiento de la Inquisición al ser informados de las irregularidades.
Bien, en cuanto a los
argumentos que usan los cronistas parar defender a los conversos será analizado
en el apartado de comparación y contraste entre la bibliografía y las crónicas.
Orígenes de la Inquisición
según la bibliografía
·
Exposición
En este apartado se ha tomado
la decisión de tratar de coger autores especializados en el tema inquisitorial
así como de los judíos/conversos para ver intentar captar una imagen más
completa de lo que nos puede ofrecer. Para la especialización de la inquisición
se ha elegido a dos autores de peso: Henry Kamen y Netanyahu, y a un tercero,
Doris Moreno. En cuanto para judíos y conversos se ha escogido al que se
considera al autor de mayor peso: Julio Caro Baroja.
-
En el libro de Doris Moreno encontramos lo siguiente:
Recoge, para los primeros pasos
de la Inquisición española, que los RRCC debieron tomar plena conciencia de la
cuestión judía en su visita a Sevilla en la segunda mitad de 1477, de manera
que solicitaron al papa Sixto IV la concesión de una Inquisición pontificia que
pudiera actuar en Castilla. El 1 de noviembre de 1478 el papa Sixto IV concedía
a petición de los Reyes Católicos la bula Exigit
Sincerae Devotionis Affectus con la que se creaba la Inquisición española.
Dos años más tarde, en 1480, se
iniciaba la andadura del Tribunal del Santo Oficio con el nombramiento de dos
frailes predicadores, Miguel de Morillo y Juan de San Martín, destinados a
realizar la institución en Sevilla.
Entre 1480 y 1487 se va a
librar una dura batalla en el escenario romano, ante el Papa. Los conversos
inician una ofensiva contra la Inquisición subrayando las irregularidades
cometidas en aquellos primeros años y pidiendo o bien de vuelta de la
Inquisición al modelo episcopal o bien su abolición. Los argumentos de los conversos
(crueldad procesal, injusticia, rapiña de inquisidores y funcionarios, testigos
falsos…), junto con grandes y persuasivas cantidades de dinero, contribuyeron a
hacer tambalear las decisiones pontificias.
En 1482 Sixto IV cede a estas
presiones y emite una bula que limita considerablemente los poderes
inquisitoriales. Sin embargo la intensa presión diplomática de Fernando el
Católico y el ascenso al solio pontificio de Inocencio VIII van a marcar una
nueva etapa, definida por el nombramiento de fray Tomás de Torquemada como
inquisidor general único para todos los reinos de la monarquía.
En lo que respecta a la
persecución judeoconversa, la crítica a la Inquisición comenzó a formularse
lógicamente desde el ámbito judeoconverso, sus primeras víctimas. Entre 1478 y
1530 la Inquisición procesó a más de 60.000 personas acusadas de
cripto-judaísmo. La persecución de los conversos, motivo expreso de la
fundación de los tribunales del Santo Oficio en España y Portugal, suscitó
desde el principio una fuerte oposición.
Desde un principio, en España
apareció la imagen de la acción inquisitorial arbitraria, ligada a acciones
contundentes como el proceso de excepción o los juicios expeditivos. Esta
imagen se difundió rápidamente por Europa con la diáspora judía posterior a
1492 y es el origen de las sublevaciones que tuvieron éxito y que influyeron en
la firme oposición de los círculos dirigentes de Milán en 1563 frente a
intentos parecidos. Estas oposiciones son claros símbolos de la mala reputación
rápidamente adquirida por la Inquisición, particularmente la española. Los
textos del exilio judío incidían especialmente sobre cuatro aspectos en su
crítica a la Inquisición:
1. El
poder destructor del Santo Oficio destruía los cuerpos haciendo referencia al
proceso penal inquisitorial y sus consecuencias, a la noción de juicio
arbitrario en torno al secreto del proceso y los testigos únicos, la tortura y
las relajaciones.
2. La
destrucción de las haciendas. Las penas para el crimen de herejía comprendían
la confiscación de todos los bienes del reo, lo que suponía la ruina de toda la
familia, sin hablar de la inhabilitación de los descendientes de los condenados
para ejercer determinados cargos y oficios.
3. La
actuación discriminatoria.
4. Finalmente,
el poder destructor del Santo Oficio, destruía las almas doblemente: obligando
a la apostasía y obligando a la traición.
-
Henry Kamen explica en su libro:
La Reconquista destruyó la
coexistencia racial y religiosa que había distinguido a la España medieval a
pesar de los continuos conflictos armados. En la España medieval hubo largos
períodos en que el estrecho contacto entre los diversos pueblos de la península
condujo a una tolerancia mutua entre las tres principales comunidades:
cristianos, moros y judíos.
No obstante, a partir del siglo
XIV esto se acabó y comenzaron las matanzas de judíos.
Lo que hizo en el siglo XIV
fuera diferente es que cristianos, moros, y judíos no podían ya cobijarse bajo
la misma cúpula, porque había roto el orden vigente en España: el pueblo
cristiano guerreaba o trabajaba la tierra, el moro le labraba las casas y el
judío lo señoreaba como agente del fisco y cómo hábil técnico. De este modo, la
posibilidad de que España viera la evolución de una sociedad multirracial
basada en la mutua tolerancia, fue explícitamente rechazada por los hombres que
ahora se habían hecho cargo del poder del poder en la península.
La actitud de ataque contra los
judíos por parte de la nobleza feudal fue para eliminar aquella parte de la
clase media (los judíos), que amenazaba su predominio en el Estado.
Ante esto, los RRCC se preocuparon
por pacificar los reinos cuando comenzaron los conflictos. El resultado de esta
política en Castilla dio lugar a la creación de la Inquisición moderna
española.
La inquisición fue establecida
por decreto papal en noviembre de 1478 para examinar la autenticidad de su
conversión. Lo que se ve claro es que la Inquisición no era ni más ni menos que
un arma clasista utilizada para imponer sobre todas las comunidades de la
península la ideología de una clase, la aristocracia eclesiástica y seglar.
Fue tal la presión de esta
clase que Fernando no escuchó las advertencias de las municipalidades de las
principales ciudades de España, sobre los resultados económicos que traería la
implantación de la Inquisición y la huida de los conversos.
Para entender mejor el deseo de
querer quitarse esta competencia vamos a ver que en el reino de Aragón casi
toda la administración estaba en manos de conversos. En el mismo instante en
que la Inquisición comenzó a funcionar, cinco conversos: Luis de Santángel,
Gabriel Sánchez, Sancho de Paternoy, Felipe Climent y Alfonso de la Caballería,
ocupaban los cinco cargos más importantes del reino.
Los conversos ocupaban los
puestos de la administración, de las finanzas, puestos influyentes de la
Iglesia, médicos, letrados… Los cristianos viejos querían estos puestos.
Además, algunos conversos
influyentes, para protegerse así mismo, fomentaron también el odio racial. Tal
es el caso de Pablo de Santa María y Alonso de Espina, donde los denominaba:
traidores, blasfemos, infanticidas, asesinos (disfrazados de médicos),
envenenadores, usureros y así sucesivamente.
La primera medida defensiva
importante tomada por los cristianos-viejos contra los conversos fue excluirlos
de la administración pública. Esto dio lugar a los disturbios de 1449 de
Toledo. Como consecuencia de los motines, los cristianos-viejos reunieron un
tribunal para determinar si debían permitir que los conversos ocuparan cargos
públicos.
El rey daría vigor a esa
propuesta en 1451 mediante una Sentencia-Estatuto.
Si a esto añadimos que la
difamación de los conversos por parte de la élite dirigente se extendió por los
individuos más crédulos del siglo XV, creyeron a sus señores y tuvieron
desconfianza de los conversos y acabara en odio.
En el reinado de Fernando e
Isabel los predicadores se esforzaron para difamar a los conversos aprovechando
los disturbios. Entre estos predicadores figuraba Alonso de Hojeda, prior
dominico de Sevilla, que dedicó todas sus energías a advertir a la corona del
peligro de los judíos y los falsos conversos. La oportunidad le llegó cuando la
reina Isabel se trasladó a Sevilla en julio de 1477. Los historiadores se
muestran unánimes al citar las predicaciones de Hojeda como una de las influencias
inmediatas que recibió la reina y que la llevaron a su decisión final sobre los
conversos. Poco después de que Isabel partiera de Sevilla en julio de 1477.
Hojeda halló pruebas de que se había celebrado una reunión secreta de conversos
judaizantes en la ciudad, y con ellas en la mano fue a pedir el establecimiento
de medidas contra los heréticos. Parece que el gobierno quedó impresionado por
aquellas pruebas, y que pidió un informe sobre la situación en Sevilla. El
informe apoyado por la autoridad de Pedro González de Mendoza, arzobispo de
Sevilla, y de Tomás de Torquemada, reveló que no sólo en Sevilla, sino en toda
Andalucía y Castilla, los conversos practicaban los ritos judíos en secreto.
Enfrentados con esta situación, Fernando e Isabel dieron su consentimiento para
que fuera introducida en Castilla la maquinaria inquisitorial, y enviaron
instrucciones a Roma para la obtención de la bula de institución.
Pasaron dos años sin
movimientos, este largo intermedio pareció contradecir la argumentación de
Hojeda de que era urgente enfrentarse con el peligro de los conversos. Una
explicación verosímil es que Fernando e Isabel creían prudente un período de
precavida tolerancia, antes de tomar medidas más severas, y que esta política
pudo estar en parte influenciada por el gran número de conversos que ocupaban
puestos destacados en la Corte. Se puede decir que la inquisición española
empezó a funcionar cuando rechazó los nombramientos de inquisidores propuestos
en la bula papal sino que se otorgaron a los dominicos Juan de San Martín,
Miguel de Morrillo y Juan Ruiz de Medina.
Cuando inició sus actuaciones
provocó un éxodo en masa de los conversos. Los primeros quemados fueron los
conversos más ricos (6 de febrero de 1841), entre ellos, Diego de Susán.
Las herejías sacadas a la luz
en Sevilla justificaron el establecimiento de la Inquisición y su expansión
creando otros tribunales a lo largo del reino. Y se veía como algo urgente y se
necesitaba más bulas papales.
Tras los gestos desesperados de
los conversos, con huidas y súplicas provocaron una reacción aún más violenta
del Santo Oficio. Esto significaba a su vez más relajados.
Con esto la Inquisición echa
firmes raíces en Castilla, y ya contaba con su organización administrativa
esencial. El siguiente paso sería extender la Inquisición en Aragón.
En Castilla la resistencia al
Santo Oficio fue de unos pocos y falló. Pero en Aragón fue mucho más firme el
rechazo.
El Papa Sixto IV trató de
negarse, pero tras la presión de Fernando, consintió también el establecimiento
de una inquisición bajo el control del rey. Con esto Torquemada quedaba a la
cabeza de ambas inquisiciones.
Sin embargo, los aragoneses
siguieron resistiéndose a las pretensiones del rey durante dos años y no
aceptaron a Torquemada. El Papa no quiso revocar al inquisidor de Barcelona,
Juan Comte. No obstante, con el nuevo Papa, Inocencio VIII si lo revocó para
que ocupara el puesto Torquemada.
Aún así, en Barcelona se
resistió año y medio y sólo aceptaron al representaste de Torquemada, Alonso de
Espina.
Sin embargo, va a darse una paradoja
que se debe tener en cuenta: los puestos principales del Santo Oficio lo
ocuparán personas que tienen antepasados judíos, estamos hablando de Torquemada
y Diego de Beza.
-
Según Netanyahu, ve como causas del establecimiento
de la inquisición los siguientes aspectos:
El hecho de solucionar el
problema de la Santa Hermandad (fuerza de para mantener el control y la paz en
los reinos) que no tenían su lealtad, así como la de grandes ciudades y nobles
destacados. Conseguida la estabilidad en este aspecto es cuando se centraron en
la cuestión de los conversos.
La solución fue crear el Santo
Oficio bajo su dominio y no bajo el control del Papa. Solicitaron la bula a
Sixto IV, tras haber estado en Sevilla en 1478, donde los incidentes acaecidos
influyeron para tomar la decisión.
Pero para que se diera esto en
Sevilla antes hay que recordar el regreso a Córdoba de miles de conversos que
habían salido de ella después de los grandes disturbios de 1473, que se habían
instalado en torno a la fortaleza de Gibraltar (que pertenecía al Duque de
Medinasidonia). Este regreso provocó el despertar del descontento y aparecieron
las críticas por parte de los cristiano-viejos.
Así dio pie a que se agravara
en Sevilla porque los conversos gozaban de significativo poder: numérico,
económico y político. La mitad del comercio estaba en sus manos y también la
administración.
La ofensiva contra ellos los
encabezaron los dominicos y los conversos respondieron violentamente ante la
propuesta de erigir tribunales inquisitoriales. Lo que provocará todavía más
tensiones.
Alonso de Hojeda será el
principal dominico que predique contra ellos y será una influencia relativa
para que los RRCC adopten la decisión. Si bien, los RRCC también tuvieron una clara
decisión propia ya que valoraron que numéricamente los conversos estaban en
desventaja y tanto ellos como los cristianos-viejos podían provocar disturbios,
desórdenes y problemas a gran escala; y no solamente en Sevilla, Toledo
también. Prueba de ello el discurso de Manrique sobre la cuestión conversa.
Sin embargo, tardó dos años en
entrar en vigor desde que se recibió la bula. La respuesta a esta demora se
puede hallar en que muchos de los altos funcionarios de los RRCC eran
cristianos-nuevos y cundían los conversos en todos los departamentos del reino.
Otro motivo aún más de peso
para no ponerlo en vigor, ya que tomada la decisión aunque se opusiesen los
conversos no habría marcha atrás, es que
Castilla aún estaba en guerra con Portugal y habría una segunda guerra.
Esto ocupó de lleno a Isabel y Fernando, el verdadero arquitecto de la
institución, tuvo que ocuparse de los asuntos de Aragón al morir su padre.
Además hubo una medida previa
antes de que la Inquisición entrara en vigor, ya que lo que primaba para los
RRCC era la estabilidad en el reino: separar los vecindarios de
cristianos-viejos de los nuevos.
Pero no olvidemos que el motivo
principal de odio a los conversos era su riqueza. ¿Cuál era la situación
económica de los cristianos-nuevos como para despertar tal odio? Ocupaban muchos altos cargos en las
cuatro administraciones del país (real, nobiliaria, eclesiástica y urbana).
En cuanto al papel jugado por
los RRCC, Fernando de Aragón fue el principal artífice y veremos cuáles fueron
sus decisiones ante las circunstancias que se le presentaban:
No puede prohibir oficialmente
la ocupación de cargos y beneficios públicos a los conversos, pues promulgar
decretos a este efecto sería opuesto igualmente a las leyes existentes y,
además, estaría objetivamente desprovisto de toda razón justificante. A pesar
de la violenta campaña contra los funcionarios conversos, es bien sabido que
cumplen sus deberes a conciencia, y sería un ultraje a la justicia pagarles sus
servicios de tan ofensiva y humillante manera. De modo semejante, restringir
los derechos de todos los conversos porque se rumorea que algunos de ellos
judaízan sería ilegal, ya que la herejía no se puede castigar colectivamente, y
ciertamente no por meros chismes.
Entonces, ¿qué pueden hacer los
soberanos si desean atraerse a los anti-conversos a su lado y permanecer dentro
de las leyes en las que el reino descansa? Lo único que pueden hacer es adoptar
el curso exigido por todos los críticos de los conversos: establecer una
inquisición.
Así, no se cometería
ilegalidades, ya que consistiría en inquirir e investigar si la acusación es
válida. Además, para no temer problemas,
no se condenaría a los que habían nacido bajo la religión judía debido a
que esto precisamente había imposible la desviación del cristianismo ya que no
la habían practicado, así como aquellos que fueron convertidos bajo presión. No
obstante, para acusar de herejía
aquellos que se habían convertido sin coacción no levantaría cuestionamientos
ni confusión (que es lo que querían evitar a toda costa).
Por lo tanto, al establecer la
Inquisición se define al converso como convertido sin coacción, de esta manera,
sin traerse problemas, el Santo Oficio podría tratar a los conversos como sus
enemigos deseaban y los RRCC los tendrían de su lado.
Y otro detalle más importante,
cualquier converso, daba igual su escala social. De esta manera se alcanzaba a
aquellos que se consideraba “competencia” por parte de los cristianos viejos.
Así el propósito de la
Inquisición fue, ante todo, satisfacer al movimiento anti-converso:
emocionalmente, socialmente y diplomáticamente. Una inquisición moderada no
lograría este fin. Paradójicamente, Fernando, mantuvo a conversos trabajando
para él, apreciando su labor, entre ellos, a su médico personal: Villalobos. Y
tomó la decisión sabiendo que iba a repercutir en la economía española.
¿Por qué? Porque a través de
los arrendatarios de impuestos y tesoreros, Fernando pudo obtener cálculos
exactos de las fortunas de los conversos que serían confiscados a través del
Santo Oficio.
-
Julio Caro Baroja:
El tribunal de la Inquisición
se creó casi única y exclusivamente con el fin de controlar la vida religiosa
de los conversos y eliminar las “justicias populares”.
Los RRCC dieron cuenta al Papa
de la situación que se vivía en sus reinos y éste, tras algunas vacilaciones
extendió la bula el 1 de noviembre de 1478, por las que le confería la facultad
de poner en sus reinos inquisidores de la fe.
La entrada de los primeros
inquisidores en Sevilla produjo el alboroto consiguiente entre aquellos
conversos que poseían grandes caudales y que, por tanto, seguían influyendo en
la vida de la ciudad. (Entre ellos, Diego Susan).
Con el establecimiento de la
Inquisición ya en 1481 fueron quemados en distintas villas y ciudades hasta dos
mil hombres y mujeres.
Ante esto, los conversos
apelaron al Papa, que en 1482 hizo constar que no estaba muy satisfecho de
algunos de los procedimientos inquisitoriales. Además, en Toledo y Ciudad Real
hicieron una buena redada de letrados, escribanos, notarios y hombres que
habían ocupado puestos de distinción. Esto provocó también nuevas protestas de
los conversos ricos y protestaron de las penas feroces que se aplicaban.
Inocencio VIII y Alejandro VI decidieron intervenir, pero los RRCC supieron evadirse
y seguir con sus proyectos hasta llegar al punto de culminar su obra con la
expulsión.
·
Análisis
Bien, empecemos con Doris
Moreno, su contribución es principalmente los primeros actos del Tribunal y la
reacción de protesta de los conversos y la “mala fama” que adquiere rápidamente
la Inquisición. Sin embargo, no nos ilustra acerca de los motivos que dieron a
su creación, nos limita a aseverarnos que se originó para perseguir
expresamente a los conversos, tampoco nos explica por qué el Tribunal actúa con
esa crudeza en sus comienzos.
Julio Caro Baroja, si trata el
tema antes de su creación, donde también lo sitúa los hechos en Sevilla y
resalta el número elevando de condenados así como los reparos de los Papas al
ver la crudeza con la que actúa el Santo Oficio. Pero realmente no nos aclara
debido a qué se crea el Santo Oficio.
Henry Kamen y Netanyahu serán
quienes traten el tema más profundamente, coincidiendo en varios aspectos como
bien veremos y también será quienes nos ilustren para lo que deseamos saber en
este estudio.
Kamen sitúa el origen del
conflicto entre cristianos viejos y nuevos en el siglo XIV, afirmando que antes
había una coexistencia pacífica por parte de los practicantes de ambas
religiones. Señala como factor del conflicto que los conversos tienen el
predominio en los cargos del Estado y esto a los cristianos-viejos no les gusta.
Además indica que a los RRCC los que le va a interesar en primer lugar será la
pacificación y bajo esta premisa tomarán sus decisiones, sabiendo incluso que
traerá repercusiones económicas negativas. Para él, la figura de Alonso de
Hojeda no es un personaje clave que influye en los monarcas, para decir esto se
basa en que a pesar de que expresaba la urgencia de que funcionara el Tribunal
cuanto antes, pasaron dos años antes de que comenzaran a perseguir a los
judíos.
Este motivo de la tardanza es
totalmente comprensible si apuntamos al conocimiento que tenían los RRCC del
perjuicio económico que les causaría pero, les primaba que reinara la paz
(además de la guerra que hay con Portugal).
Sin embargo, es significativo
ver la distinción que hace entre Castilla y Aragón en cuanto a la resistencia.
Y esto nos hace plantearnos por qué en Aragón si consigue frenar durante un
tiempo la instauración del Tribunal. La clave está en los cristianos-viejos, es
en Castilla donde presionan y los disturbios tienen lugar en ciudades
pertenecientes a los reinos de Isabel (Toledo, Sevilla, Ciudad Real) pero
no se recoge que en los reinos de
Fernando haya habido conflictos importantes. Esto a su vez nos lleva a
plantearnos otra cuestión ¿por qué los cristianos-viejos de Aragón no muestran
disconformidad? La respuesta posible a esta pregunta es que los conversos
debieron ocupar los cargos públicos pertenecientes a Castilla y no presentaban
esa amenaza en Aragón.
En cuanto a Netanyahu, vemos
que coincide con Kamen en que los RRCC buscan mantener la paz en sus reinos
pero añade algo que con Kamen no nos queda esclarecido totalmente ¿Por qué los
RRCC se preocupan de los conversos en estos momentos y no antes? ¿Y si en el
siglo XIII consiguen estar en armonía ambas religiones por qué no en el siglo
XIV? Netanyahu nos propone que los RRCC atienden esta cuestión ahora porque ya
han resuelto el problema de la Santa Hermandad para conseguir la estabilidad de
los reinos y queda vía libre para atender al problema converso. Por otro lado,
salta el problema de los conversos dado que vuelven en número significativo a las ciudades andaluzas, tras ser expulsados
de Gibraltar, y despiertan el resentimiento de los cristianos-viejos.
Aparte de esto, coincide con
Kamen en que el motivo económico prima sobre el religioso, así como que fue las
propias decisiones de los RRCC lo que llevaron a la creación de la Inquisición
y no tanto la influencia de determinados clérigos.
Y en añadidura intenta
explicarnos una cuestión que no la trata ningún otro autor: ¿por qué se toma la
decisión de establecer el tribunal a pesar de ser conscientes que perjudicará
enormemente a la administración del estado y a las finanzas? No sólo se queda
en el argumento de que tiene que primar a la estabilidad en los reinos, sino
que nos propone que piensan compensarlo confiscando los bienes a los conversos
declarados culpables de herejías.
Por otro lado, se aclara un
aspecto muy significativo, si, hay que contentar a los cristianos-viejos
retirándolos los cargos públicos ¿pero cómo sin levantar protestas tales como
proponen Pulgar, Oropesa o Guzmán? Si los conversos son convertidos a la fuerza
es lógico que no sean buenos cristianos al principio, así como hay conversos
que han prestado ejemplares servicios. Sin embargo, si se apunta que son
convertidos voluntariamente, sin coacción alguna, y aún así son herejes, ya está
en pleno derecho de castigo. Además con un Tribunal queda resuelto el asunto de
no cometer la ilegalidad al destituirlos de los cargos.
Estos argumentos de Netanyahu
presentan una cadena muy posible y lógica de las razones que desencadenan la
creación de la Inquisición. Para exponer estos argumentos se ha basado en un
profundo estudio con una bibliografía consultada amplísima que no igualan el
resto de los autores. Si a esto añadimos que se muestra de acuerdo a Kamen, el
otro especialista del tema inquisitorial, nos da razones suficientes para tener
muy en cuenta sus argumentos.
En lo que respecta a los otros
dos autores, Doris Moreno y Caro Baroja, para este estudio no han hecho una
contribución igual de significativa, con lo cual no se menosprecia su aportación
que para otro estudio puede ser su contribución muy importante.
Comparación y contraste
entre las crónicas y la bibliografía
Contrastando ahora lo visto
entre las crónicas y la bibliografía vemos que no hay disparidades, sino que la
opinión de Caro Baroja, Kamen y Nentanyahu es acorde con la de los cronistas,
obviando a Bernáldez.
Esto no es extraño, por un
lado, la fuente principal de Baroja para sus argumentos es Pulgar, al cual cita
constantemente, Kamen y, sobretodo Nentanyahu, usan una documentación más
amplia pero tienen entre ellas a estos cronistas y con esta base realizan sus
estudios, tomándolas como más fidedignas que las crónicas de los detractores,
como por ejemplo Alonso de Espina, quien nos ofrecería una visión muy parecida
a la de Bernáldez y por tanto, claramente manipulada ya que, a lo largo de este
estudio, hemos visto cómo el motivo religioso no se sostiene dado las
características de los hechos acaecidos en su momento.
Por este mismo motivo, las
crónicas escogidas han sido estas, entendiendo que estudiando sobre todo a los
defensores de los conversos, tendremos una visión más próxima a lo que podía
estar pasando realmente. No obstante, era imprescindible ver al menos a un
detractor para entender cuál era la imagen oficial que se estaba propagando
sobre los conversos para virar al populacho crédulo contra los conversos. Así
tenemos lo siguiente: causa oficialÞreligiosa/causa
realÞeconómica, dado que no podían ir contra los
conversos sólo por el hecho de ser ricos, necesitaban un pretexto que les
permitiera desposeerlos de sus cargos y bienes.
El análisis más profundo, que
es el realizado por Nentanyahu, vemos como se encarga de una cuestión que es
altamente importante: la manera en que caracterizan los RRCC a los conversos
para establecer la Inquisición y juzgarlos sin levantar polémicas. Esta
deducción realizada por el autor la comprendemos claramente al ver las
declaraciones de los cronistas: Oropesa, debatiendo a lo largo de toda su obra
la unidad que debe tener la Iglesia, Guzmán con los ejemplos de los buenos
conversos y, junto con Pulgar, recalcando que serían buenos conversos tras la
segunda generación de los convertidos por coacción… esto denota el fuerte
debate que había en esos momentos y que a los RRCC les interesaba acallar para
mantener el orden.
Evidentemente la explicación de
la bibliografía es más completa que la de los cronistas, lo cual es totalmente
lógico dado que está hecho por historiadores cuyo objetivo era realizar una
investigación mientras que los cronistas su misión era dejar constancias de los
hechos, nada más, y aprovechar con motivo de la crónica para criticar aquellos
sucesos que veían injusto, arriesgándose a represalias.
Sin embargo, con la lectura de
las crónicas, sin consultar la bibliografía, podemos hacernos una imagen lo
suficientemente completa para entender qué factores originaron la creación de
la Inquisición y, con la bibliografía, terminarlo de entender.
Conclusiones
Veamos, en un repaso sucinto,
que hechos definitivamente desencadenan el establecimiento de la Inquisición
tras haber estudiado las fuentes disponibles para este trabajo:
a) El
regreso de los judíos y su conversión, la influencia creciente de las ciudades
españolas desde la reconquista de Toledo en 1085 y su habilidad para sonsacarle
a la corona las leyes especiales que les negaron a los conversos una posición
de igualdad. Estas leyes les negó el derecho a ocupar cargos en la
administración pública.
b) Auge
del poder económico de los conversos.
c) Rivalidad
política entre cristianos-viejos y conversos.
d) Ascenso
de los conversos no sólo en el medio rural sino en el urbano.
e) El
viejo conflicto entre la corona y las oligarquías de las ciudades castellanas
sobre la participación de éstas en la administración nacional culminó cuando
los conversos ampliaron su poder tanto diplomática como económicamente.
f) Ante
las hostilidades, la reacción de resistencia de los conversos en la rebelión
que estalló en Toledo en 1449, sirvió de excusa a sus enemigos para tomar
represalias.
g) Los
RRCC habían resuelto ya otros problemas y podían atender ahora a la cuestión
conversa.
Tanto los defensores de los
conversos como sus detractores van a apuntar que fueron los factores económicos
los que realmente desencadenaron los ataques, dado que las difamaciones de los
detractores eran más en este sentido que a faltas religiosas. Así que la
envidia jugó un papel crucial.
Fernando estableció la
Inquisición como medio de apaciguar al partido anti-converso para dificultar,
si no frustrar, su capacidad de causar nuevos disturbios y desórdenes. Sin duda
que pudo prever el daño y desbaratamiento que la Inquisición causaría al
entramado social de la nación y el perjuicio que acarrearía a la economía del
país, pero esperaba aminorar estas pérdidas inevitables permitiendo a todo
converso no condenado por la Inquisición mantener sus posiciones y continuar
con sus actividades, y también usando los ingresos de la Inquisición para
sostener los proyectos favoritos de la monarquía.
El odio de los
cristianos-viejos hacia los cristianos-nuevos se manifestaba cuando estos
últimos, como cristianos, accedían a sus derechos, entre ellos, los cargos
públicos. Por lo tanto, lo que más les molestaba no era una conducta irregular
religiosa, sino su dominio en los cargos públicos y en las riquezas que iban
acumulando.
Y con esto, queda perfectamente
explicada y esclarecida la pregunta con qué se inició el trabajo ¿Cuáles fueron
las causas para la creación del Santo Oficio?
·
Bibliografía
-Pulgar, Hernando: Crónica de
los Reyes Católicos. Espasa y Calpe, Madrid, 1943. Edición y estudio por Juan
de Mata y Carriazo. Colección de Crónicas Españolas.
-Valera, Diego: Crónica de los
Reyes Católicos. Junta para la ampliación de Estudios, Centro de Estudios
Históricos, Madrid, 1927. Edición y estudio por Juan de Mata y Carriazo.
-Valera, Diego: Memorial de
diversas hazañas. Espasa Calpe, Madrid, 1941. Edición y estudio por Juan de
Mata y Carriazo. Colección de Crónicas españolas.
-Pérez de Guzmán, Fernán:
Generaciones y semblanzas/Pérez de Guzmán/Claros varones/F. de Pulgar.
Zaragoza, Ebro, 1940. Estudio y notas por José Manuel Blecua
-Bernáldez, Andrés: Memorias de
los reinados de los Reyes Católicos. Real Academia de Historia, Madrid, 1962.
Edición y estudio por Juan de Mata Carriazo y Manuel Gómez Moreno.
-Oropesa, Alonso: Lumen
ad revelationem gentium. Biblioteca virtual de Cervantes. Estudio, traducción y
edición de Luis A. Díaz y Díaz. (Edición literaria. Universidad Pontificia de
Salamanca, 1979) Díaz Bustamante, José Manuel (Edición digital, Alicante,
2002).
-B. Netanyahu: Los orígenes de
la Inquisición en la España del siglo XV. Crítica, Barcelona, 1999. Traducida
por Ángel Alcalá Galve y Ciriaco Morrón Arroyo. Serie Mayor. Directores: Josep
Fontana y Gonzalo Pontón.
-Doris Moreno: La invención de
la Inquisición. Ediciones Historia S. A, Marcial Pons, Amos Mundos. Madrid,
2004.
-Henry Kamen: La Inquisición
española. Crítica, Barcelona, 1979 (1º edición 1967). Totalmente reescrita y
puesta al día por el autor.
-Caro Baroja, Julio: Los judíos
en la España Moderna y Contemporánea. Arion, Madrid, 1986. V.1.