Cabrera Pinto. Todo lo que encierra.
Buenos días lector:
Lo
prometido es deuda, aquí tenemos el artículo que complementa al vídeo de la
historia del Antiguo Instituto Cabrera Pinto.
En mi
opinión, es la joya de la corona no sólo por todos los auténticos tesoros que
muestra (y tantos otros ocultos) sino por su increíble y fascinante historia y
a todos los personajes que aglutina y que a tanta gente a marcado para el resto
de su vida.
El
Instituto Cabrera Pinto tiene quinientos años de historia. Todo empezó cuando
el conquistador Alonso Fernández de Lugo (El Adelantado) concedió tierras a los
agustinos para que pudieran construir su convento y así hicieron junto con unos
protectores muy especiales: Los Nava y Grimon (mencionados en otros artículo y,
como ya he dicho antes, curiosamente todos estos grandes personajes y apellidos
acaban estando totalmente conectados y relacionados, no olvidemos que hoy en
día sus carruajes está en la Casa Lercaro).
Ya en
la temprana fecha de 1534 se empieza a impartir clases y la Universidad de San
Fernando comienza a funcionar desde 1846. Pronto el convento pasará también a
ser un Instituto y, de hecho, será el único instituto de toda Canarias hasta
1916. De modo que toda persona que quisiera una educación debía acudir a este
edificio así que no es extraño que hoy en día muchos visitantes del museo sean
antiguos alumnos y les invada mil recuerdos mientras la emoción les embarga al
enseñárselos a sus hijos y nietos.
Como
historia negra de este edificio tuvo lugar durante la Guerra Civil Española
(1936-39) pues fue utilizado como cárcel. Además, desafortunadamente, la
Iglesia contigua al convento que se había construido se incendia en 1964 y
hasta la actualidad no ha vuelto a ser reconstruida. Hoy sólo nos queda
columnas y paredes sin techo alguno visto por encima o entre las rejas.
Sin
embargo, el Antiguo Instituto tiene el orgullo de haber tenido la primera
biblioteca provincial en Canarias así como la primera estación meteorológica.
Su colección de animales disecados es impresionante y va aumentando con nuevas
piezas. La colección de instrumentos físicos antiguos consta de más de
cuatrocientas cincuenta piezas (la cual también va aumentando a medida que se
restauran las piezas guardadas en depósito). Al igual que los restos guanches y
el Jardín Botánico es de lo más llamativo y visitado.
No se
puede ver la antigua biblioteca, ni el Salón de Actos con las pinturas del
Prado el cual ha traído reciente polémica acerca de la devolución de algunas de
las obras a Madrid. Se sabe que al menos una seguirá en el Antiguo Instituto.
Tampoco
se puede visitar la cripta del siglo XVI descubierta en 1993. Actualmente se
puede ver la placa conmemorativa que señala el lugar de la cripta que en su
momento albergó cinco cadáveres, dos pertenecientes a la ilustre familia de los
Salazar Frías (Don Cristóbal de Frías y
Don Ventura de Salazar y Frías) cuya casa nobiliaria es el actual Obispado
situado justo al lado del Instituto (quemado y restaurado).
Por
si esto no fuera suficiente, además de las exposiciones de arte periódicas
expuestas al público; hay multitud de salas del Antiguo Instituto contiene
obras aisladas y solitarias, al abrigo del sol y adormecidas con la humedad.
Obras que no esperas encontrarte y de
repente, te giras y tienes enfrente de ti una colosal escultura impresionante
de un hombre con túnica mirándose con sus ojos que te impone todo el respeto mientras
te olvidas que está completamente partida por la mitad. Una escultura que hace
preguntarte con el suelo soporta su peso y cuántas otras bellezas habrá
escondidas esperando su momento de esplendor.
Por
último, no olvidemos que sigue vigente el Instituto Cabrera Pinto donde se
siguen formando las nuevas generaciones de estudiantes. El mismo edificio está
dividido para diferenciar lo que es hoy en día el instituto de la parte antigua
dedicada a ser un museo con el cartel de Antiguo Instituto Cabrera Pinto.
PD: en el vídeo pueden ver más imágenes.
Atentamente,
1 comentarios:
Excelente información. Gracias.
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