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lunes, 29 de febrero de 2016

VLAD TEPES: El hombre que dio vida al Conde Drácula


Buenos días lector:


Hoy echaremos un vistazo a la historia de Europa del Este del siglo XV, en la ya Baja Edad Media. Toda leyenda lleva un hecho histórico real y el clásico del Conde Drácula no iba a ser menos.
Si bien conocemos mundialmente la figura ficticia del vampiro, no tanto al hombre de carne y hueso que inspiró al escritor irlandés Bram Stoker para crear a Drácula.


Bram Stoker le llamó poderosamente la atención un antiguo rey de Rumanía, que ocupaba el trono de la antigua Valaquia del que se le temía por su crueldad y dureza de mando. Se decía que bebía la sangre de sus enemigos y esto le dio la idea de crear un monstruo que bebiese sangre de sus víctimas. En cuanto al nombre de Drácula lo cogió del apellido de Vlad; el rey firmaba los documentos como Vald Dracul, pues era el apellido heredado de su padre. Su progenitor había entrado en la "Orden del Dragón" que en el antiguo rumano era "Dracul", la lengua rumana moderna ha evolucionado y dracul se ha convertido en "demonio" mientras que para dragón utilizan ya la palabra "balaur". Por último, en su novela el escritor sitúa el castillo del Conde en Transilvania. Hoy en día es una de las regiones de Rumania y fue una de las zonas sometidas por Vlad.

Como podemos imaginar, algo en especial hizo este rey para que el escritor se fijara en él e inspirara a su criatura temible. Este rey es más conocido por "Vlad Tepes" que en sí como "Vlad Dracul".

¿Por qué?

"Tepes" en rumano es "empalador" y éste fue famoso por empalar decenas o incluso centenas de miles de personas durante su reinado, tanto enemigos como la gente de su propia tierra. 

El empalamiento es una técnica cruda de tortura que consistía en atravesar a las personas vivas con un palo de 3,5 m de longitud que se introducía por el recto, la madera se clavaba en la tierra y la persona quedaba suspendida en el aire agonizando con una muerte lenta. Si bien practicó otras torturas, esta fue la más famosa. Pues la población de ciudades enteras tuvieron este cruel fin bajo su mandato (dejando desiertos estos lugares durante varias generaciones hasta que se recuperaba la población).

Se destacó por su continua lucha contra los otomanos para frenar la expansión de su Imperio. Para hacerse temer por sus enemigos al ganar una guerra, creaba "bosques de empalados" como mensaje para futuras invasiones. Pero también esta práctica se hacía a modo de castigo para su pueblo si cometían alguno de los delitos que el rey condenaba como era el adulterio, traición, latrocinio, mendigar, pobreza o simplemente personas enfermas o ser gitano.

También el empalamiento fue el medio que utilizó para vengar la muerte de su padre y hermano a manos de los"Boyardos" nobleza de la zona. Invitó a una gran cena a todos los nobles y al acabar el festín los mandó a empalar.

Vlad Tepes ha llegado a ser considerado "héroe nacional" y algunos historiadores han justificado sus crueles medios por ser un personaje de la época en donde todo era más duro y cruel. Sin embargo, en mi opinión, tengamos cuidado a la hora de justificar genocidios, pues corremos el riesgo de justificarlos todos. Todos los personajes históricos pertenecen a su época y han sido muchos los momentos convulsos y de guerras

¿Vamos a excusar a Hitler, por ejemplo? Claro que no, de las atrocidades de Hitler las tenemos más recientes e incluso hoy ya llegado la herencia de sus actos, tenemos imágenes y testimonios de lo que pasó. Sin embargo, de los actos de Vlad Tepes han pasado siglos ya y la lejanía por el paso del tiempo tiende a suavizar su crueldad. Sin embargo, este rey también exterminó por motivos raciales (entre otros) a su propia gente y no sólo al enemigo. 


Que nos sirva de reflexión para cuando empiece a pasar los siglos de los actos de otros genocidas. 

sábado, 20 de febrero de 2016

La única fuga en Alcatraz


Buenos días lector:


Para este fin de semana vamos a ver una curiosidad redactada por David Lorenzo que me ha gustado particularmente La única fuga en Alcatraz. Muy recomendable






lunes, 15 de febrero de 2016

Orígenes de la Inquisición: ¿cuándo, cómo y por qué se crea el Tribunal inquisitorial?Orígenes de la Inquisición: ¿cuándo, cómo y por qué se crea el Tribunal inquisitorial?


Buenos días lector:


Dejo aquí mi segundo proyecto de investigación que realicé mientras estuve en la Universidad, al igual que la ¿La descolonización del Sáhara? Un repaso a la historia: entre la verdad oficial y la realidad. Al igual que este último, es un artículo más extenso y profundo sobre la temática que trata, pero sumamente interesante. Todos hemos oído hablar acerca de la Inquisición, sabemos lo que es, hemos visto documentales y películas ¡incluso museos! Sin embargo ¿nos hemos planteado a raíz de qué surge esta institución, qué necesidad hizo que a alguien se le ocurriera crear esta poderosa y temible arma que tenía tanto la Iglesia como los monarcas?

A partir de las fuentes escritas de los cronistas y la bibliografía vamos a contestar a estas cuestiones:
Para ello nos basaremos en varias crónicas, seis concretamente. Primero se expondrá qué relataron para a continuación comparar la visión de cinco testigos de los hechos (dos crónicas son del mismo autor), analizar aquello en que coinciden y aquello en lo que se diferencian. Deduciendo que los aspectos que casan son los más fiables.
Tras este primer análisis comparativo se hará un segundo, pero esta vez con la bibliografía moderna. Igualmente primero veremos qué se recoge y luego se estudiará.
Hecho esto, se procederá  a contrastar la información de las crónicas a la de la bibliografía para ver si es uniforme o no. El estudio se finalizará con unas conclusiones.
Por último, antes de comenzar aclaremos qué entendemos por orígenes de la Inquisición:
Nos estamos refiriendo tanto a los hechos precedentes que dieron lugar a su establecimiento así como sus primeras acciones una vez creado, ya que se entiende que ejemplifican y aclaran las causas que dan a su origen.
Orígenes de la Inquisición según las crónicas
·      Los cronistas
Es oportuno, antes de ver las fichas donde se recoge resúmenes de los capítulos en las que hacen referencia al Santo Oficio,  ver y conocer acerca de la vida de los cronistas y sus posturas para así entender bajo qué perspectiva escriben sus crónicas. De esta manera, comprenderemos bajo qué ideas escriben y, tal y como se verá, todos ellos estarán a favor de los conversos salvo uno, en contra. (De esta manera, el análisis será mucho más comprensible). Es interesante ver cómo cambian las versiones según estén a favor o en contra de los cristianos-nuevos.
Hernando del Pulgar:
Se trata de un escritor español, conocido también como Fernando del Pulgar. No se sabe con certeza ni el lugar ni el año de nacimiento. Se cree que era natural de Toledo, nació en 1430 probablemente, hijo de judíos conversos, y que murió ca. 1493, sin que se sepa tampoco el lugar. Su padre era escribano de Toledo, Diego Rodríguez.
Estuvo en la corte de Juan II de Castilla, en los últimos años del reinado de éste, y en la de su hijo y sucesor Enrique IV, hasta 1468. La estancia en la corte de Enrique IV le sirve para escribir su Libro de los “Claros varones” (Toledo, 1486).

En 1471 era secretario de los Reyes Católicos y en 1474-75 su embajador en Francia. Retirado de la política y de la corte desde 1479, fue llamado por Isabel la Católica, en 1482, para ocupar el cargo de cronista.
Su Crónica, “De los muy altos y esclarecidos reyes Católicos don Fernando y doña Isabel”, es una historia incompleta y no muy exacta del reinado de los Reyes Católicos, que comprende desde 1468 a 1490, dividida en tres libros, de los que el último está dedicado a la guerra de Granada, también incompleta, pues ésta termina en 1492.
No obstante, a pesar de estos defectos, tiene el valor de ser su autor un testigo de los hechos que narra, pues acompañó a los Reyes Católicos en sus desplazamientos, pero también desfigura la verdad y yerra en la cronología, exponiendo hechos en versión poco acorde con otras fuentes narrativas y documentales, que parecen más verídicas. Sin embargo, está escrita en castellano, en excelente prosa, por lo que puede considerársele uno de los mejores cronistas de su tiempo en lengua castellana.
Para el aspecto que nos interesa, comenzó a escribir la crónica en 1482, después de la fundación de la Inquisición, no obstante, escribirá, como veremos, de los conversos antes de la creación de la institución y, sobretodo, veremos detalladamente, su postura, que será defenderlos.
El mejor ejemplo para ver su opinión es su epístola “Para un amigo de Toledo” (que veremos más adelante).
Su postura, dicho de forma sucinta, es defender a los conversos puesto que considera que la impureza de sangre y la oscuridad de linaje la adquieren sólo quienes dejan el camino de la virtud y se inclinan al de los vicios.
Él sostendrá que el conflicto entre cristianos-viejos y conversos surgió de la envidia por la riqueza de los conversos y de los celos por los honores que alcanzaban y por la autoridad con que ejercían los cargos que ocupaban. La contienda era por tanto, racial y social (y no religiosa a su criterio).
El remedio para el conflicto de qué hacer con los cristiano-viejos serán las mismas medidas que ofertan Barrientos, Montalvo y Oropesa: severos castigos para los enemigos de los conversos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta posición fue antes del establecimiento del Santo Oficio. Su fundación y la guerra que declaró a los conversos le obligó a  que moderase sus convicciones ya que lo colocaban en confrontación directa con la temida institución. Sobrevivir significaba aceptar la posición de la Inquisición y tuvo que aceptarla, pero siguió con la defensa de los conversos.
De tal modo, escribió al cardenal Mendoza una carta donde exponía que, por ser medida inhumana, la imposibilidad de suprimir una herejía a gran escala por medio de un exterminio en masa. Su falló radicó que no era ése el plan de la institución y por lo tanto, la carta fue escandalosa y le costó la acusación de herejía. Casi se le obligó abandonar la corte, le salvó que un año después fuese llamado para ser cronista del reino, pero sabía que esta vez debía ser más cauteloso.
Por esta razón, al redactar las crónicas trató de ser lo más dócil posible y evitó toda crítica a la Inquisición. Sin embargo, cómo se observará en las fichas, no podrá callarse ciertos acontecimientos por considerarlos atrocidades que presenció y usó la crónica no sólo como medio de información sino también de ataque a pesar de tomar precauciones. Así, como analizaremos, cuando incluye en la crónica el relato de inicio de las actividades inquisitoriales en Sevilla, las que considera ilegales e impropias por ser practicar castigos demasiado severos para los delitos.
Andrés Bernáldez:
Este cronista nació en Fuentes de León, Badajoz, hacia 1450 y murió en Los Palacios y Villafranca en 1513. Conocido como el cura de los Palacios, fue un eclesiástico e historiador español. Además, fue el capellán de Diego de Deza, arzobispo de Sevilla.
En su “Historia de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel” recoge aspectos importantes de la Castilla de finales del siglo XV: la Guerra de Granada, la expulsión de los judíos y las vicisitudes de Cristóbal Colón.
Alonso Oropesa:
Este hombre es un religioso de la orden de san Jerónimo, estudió Artes y Teología, aunque destacó por sus dotes literarias. Hacia mediados de siglo fue nombrado prior del convento de Santa Catalina de Talavera y unos años después fue elegido, a instancias de Alonso Carrillo, inquisidor de Toledo. Alonso de Oropesa no sólo tuvo influencia en el clero, sino también en la corte ya que se convirtió en uno de los principales consejeros de Enrique IV de Castilla. Fue también predicador y uno de los más distinguidos del momento.
Su interés por el problema converso comienza con la rebelión de Toledo de 1449 y la publicación de la Sentencia- Estatuto.
Hay que tener en cuenta que para un cristiano viejo del siglo XV, defender a los conversos contra sus calumniadores por motivos religiosos debió de ser tarea poco envidiable ya a principios de los cuarenta, pero se hizo cada vez más difícil en los cincuenta y sesenta, y hacía los setenta demasiado arriesgado. Tan cargada de prejuicios y odio a los conversos estaba la atmósfera social en Castilla que cualquier cristiano viejo, por respetado que fuera, que rompiera una lanza por ellos pronto era blanco de escarnio y difamación y aún de rumores de que era converso o descendiente de ellos.
Esto justamente es lo que le pasó a Oropesa, tuvo que poner las cosas en claro para proteger su integridad y su buen nombre.
Se debió a que era hipercrítico de los detractores de los conversos. Para él, los conversos son plenos hermanos de la fe y los considera extensión apropiada del movimiento judío de conversión al cristianismo, y que ayuda a la expansión de la fe. Según su consideración, la actitud de la Iglesia hacia todos los miembros se basa en el principio de igualdad completa.
Por ello, todos los argumentos detractores los estimará sin valor alguno y se atreve a manifestar que los líderes del movimiento detractor saben de sobra que sus argumentos son falacias.
Oropesa ve como causas de la campaña anti-conversa los terribles celos de los cristianos-viejos y opina que el único modo de frenarlos será con medidas represivas que deben tener tres fines:
1)      Calmar los tumultos
2)     Cesar de sus oficios
3)     Desposeerlos de toda autoridad
Y aún va más allá, propone la excomunión. Con lo que conlleva esta pena en estos momentos no es extraño que se le ataque.
Por último, debemos tener en cuenta lo más importante: a diferencia de los demás defensores de los conversos. No aprovechan unas crónicas reales, como Fernando de Pulgar, para hacer algunas críticas, sino que su obra está dedicada para este fin exclusivamente. Lo que incrementa mucho más el riesgo y más si es el mayor defensor de los conversos de estos momentos.
Hay que comentar que su obra de Lumen no fue publicada en su momento, de hecho, estuvo olvidada hasta que Luis A. Díaz y Díaz sacó su obra a la luz y la tradujo del latín al castellano. De hecho, la publicación de la versión latina es todavía un desiderátum, así que sólo se puede consultar a través de Internet.
Pérez Guzmán:
Fernán fue poeta y biógrafo español. Señor de Batres, sobrino del canciller Pero López de Ayala y tío de don Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, fue hijo de don Pedro Suárez de Guzmán y de doña Elvira de Ayala.
Embajador en Aragón en tiempo de Enrique III, participó en la batalla de La Higueruela. Fue muy amigo del obispo de Burgos, el gran humanista hispanojudío Alfonso de Cartagena, (quién defenderá, al igual que él, a los conversos) con quien compartía un gran interés por la filosofía estoica de Séneca.
Por ser pariente del arzobispo de Toledo, don Gutiérrez Gómez, fervoroso partidario de los infantes de Aragón, siguió a López Dávalos y a Fernando de Antequera pero cayó en desgracia ante Juan II, pagándolo con la prisión. Al salir de ella se retiró a su señorío de Batres a los cincuenta y seis años para consagrarse a la lectura y el estudio, y de allí apenas volvió a salir hasta su muerte.
A lo largo de su vida desempeñó importantes misiones como embajador de Castilla en Aragón y ocupó diversos cargos en la corona castellana. En 1435 rompió las relaciones con la corte debido a los enfrentamientos que tuvo con Álvaro de Luna.
Es autor de composiciones poéticas como las que recoge el "Cancionero de Baena" y de relatos en prosa como "Mar de Historias” y “Generaciones y Semblanzas" o "Crónica del rey Don Juan II”.
Guzmán fue más cauteloso que Oropesa y Barrientos para evitar ataques. Se anticipó a las esperadas calumnias rindiendo homenaje a los críticos de los conversos y enmarcando sus propias evaluaciones positivas de éstos en expresiones moderadas y discretas.
No niega la posibilidad de que hubiera algunos no cristianos entre los conversos pero se opone a la tendencia de sus detractores de hacer de esta posibilidad certeza y extender la existencia de algunos herejes al grupo entero de conversos.
Guzmán no duda de que los conversos que crecieron desde la infancia en otra religión no podían adherirse a su nueva religión como los nacidos y criados en ella; pero está seguro de que los hijos de conversos, y aún más sus descendientes, eran católicos y firmes a la fe. Su propio conocimiento de judeoconversos frailes, prelados y reformadores de órdenes religiosas sólo podía confirmar esta convicción, al igual que la conducta de muchos hijos de cristianos convertidos del islamismo.
Además afirma que ninguna acusación verídica de infidelidad religiosa se ha comprobado contra ningún converso, y se asombra de la audacia de los críticos de conversos que, si n acusar concretamente a nadie, no vacilan en condenarlos a todos. Concluye su defensa de los conversos con la significativa observación de que la censura anti-conversa parece resultar del deseo de difamar antes que de celo de corregir.
Diego de Valera:
Hijo del médico Alonso García Chirino y de Violante López, y hermano de Juan Alonso Cherino, que fue enviado, junto con Fray Francisco de Soria, por Juan II a Durango para realizar las primeras indagaciones sobre el movimiento herético surgido allí y ferozmente reprimido, Mosén Diego de Valera fue doncel de Juan II de Castilla en 1427 y hayo de los Stúñigas o Zúñigas (Álvaro de Zúñiga concretamente).
Llevó una vida típicamente “caballeresca”: sirvió al rey, luchó en la batalla de Toro y la de Higueruela (1431) y viajó por toda Europa, sirviendo a los reyes Carlos VIII de Francia y Alberto de Bohemia; fue además embajador de Castilla en Dinamarca, Inglaterra, Borgoña y Francia. Al volver a Castilla se puso del lado de los adversarios del condestable don Álvaro de Luna y ayudó a su caída. Murió siendo alcaide del castillo del Duque de Medinaceli, en Puerto de Santa María.
Escribió Epístolas llenas de consejos a los reyes, en estilo castizo. Una historia del mundo hasta su época basada en cronicones anteriores, titulada Crónica abreviada o Valeriana (1482), en la que destaca la parte dedicada a Juan II, como conocedor directo de los hechos. Una crónica del rey de Castilla Enrique IV (el “Memorial de diversas hazañas”), cuya continuación de la misma pluma es la “Crónica de los Reyes Católicos”, que abarca entre los años 1474 y 1488 y trata sobre la guerra contra Portugal y la guerra de Granada principalmente.
Redactó el “Memorial de diversas hazañas” bajo la vigilante mirada de la Inquisición. En ella procuró exonerar a los conversos de la acusación de depravación religiosa, pero quiso hacerlo de manera que no lo colocara en la necesidad de tener que responder algunas preguntas inquisitoriales incontestables. Al describir a los conversos, por lo tanto, trascribe declaraciones y frases que halla en fuentes anteriores (Alonso de Palencia), para poder siempre afirmar que su obra es mero producto de una investigación puramente erudita. (Sería obviamente una pobre excusa, pues le podrían acusar de escoger deliberadamente y de modo casi exclusivo materiales favorables a los conversos. Pero era la única defensa en la que podría pensar en aquellas circunstancias sin comprometer su tarea de historiador o traicionar su conciencia).
Sin embargo, en la “Crónica de los reyes Católicos”, cuando habla de la fundación del Santo Oficio vamos a ver (más adelante) una aptitud distinta donde alaba la creación de la institución por parte de los RRCC y le parece bien el ataque a los conversos. Para suavizar el golpe al grupo que defiende en el Memorial, incluirá a los cristianos viejos que se desviaron del camino correcto, a los exeguetas y a los escépticos. Presentando así su achaque no anti-converso sino anti-herético.
·      Fichas
Andrés Bernáldez  
Memorias de los reinados de los RRCC”                                                                                                   
Capítulo XLIII: Del comienzo de la heregia, e del comienzo de la Inquisción, e de cuándo ovo su inpinación la musaica pravedad e castigo de las ceremonias judaicas. (Pág 94-98)
La herética pravedad reinó largo tiempo escondida y andando por los rincones, disimulada por el cuerpo eclesiástico que no lo denunciaron ni a los reyes ni a los papas.
Para él, el comienzo fue en el año 1390, con el comienzo del reinado de Enrique III y por fray Vicente, santo e católico varón docto de la orden de Santo Domingo. Fue a predicar a las sinagogas, pero los judíos no hacían caso y en sus “glosas de rabinos” había muchas mentiras. Con que Vicente apenas pudo convertir a unos pocos.
Pero como mataron a muchos judíos en Castilla en un mismo día se fueron a bautizar pero luego volvían a ser judíos. Estos se llamaron conversos y al ser convertidos pasaron a ser herejes. Muchos eran ricos: se trataba de mayordomos, abades, frailes, canónigos, contadores, secretarios y grandes señores.
En la época de los RRCC era tal la herejía que “los letrados estaban a punto de predicar la ley de Moisen”. Estando los reyes en Sevilla, hablaron con un santo e católico hombre, fraile de Santo Domingo en San Pablo, Alonso de Hojeda, que predicaba en esta ciudad contra esta herejía y se lo hizo constar a los RRCC.
Sigue describiendo que son feroces, hediondos, tragones y “comiliontes”, que se escapaban de hacer los sacramentos.
Al escuchar esto los reyes mandaron al provisor de Sevilla, Pedro Fernández de Solís y Alonso, de dar castigo a ello y ellos comentaron a los RRCC que la única manera de parar el mal en toda Castilla era fundando la Inquisición y entonces pidieron la bula al Papa Sixto IV para castigar la herejía por vía del fuego. Se concedió la bula y se creó en 1480.


Andrés Bernáldez         
Memorias de los reinados de los RRCC”                                                                                                       
Capitulo XLIV: De cómo comenzaron en Sevilla a prender e quemar e reconciliar los ereges judaicos. E de la gran pestilencia del año de cuatrocientos e ochenta y uno. (Pag 99-103).
En Sevilla rápidamente empiezan a actuar, y prenden incluso a jurados y letrados ricos y se les encierra en el castillo de Triana y estos fueron relajados. Los tres más ricos de la ciudad por ser uno de ellos un rabí, Diego de Susán, Manuel Sauli y Bartolomé. Con las duras medidas fueron espantados los conversos y huyeron a Portugal o tierra de moros. Mandaron prohibir que se escaparan. Siguieron quemando eclesiásticos por tener sangre conversa. Después de Sevilla, fueron a Córdoba.
Diego de Valera                                                                                                            
Crónica de los RRCC
Capítulo XL: De las cosas de los sereníssimos rey e reyna don Fernando e doña Isabel en la ciudad de Toledo hordenaron de hazer. E como començo la ynquisiçion de la heretica pravedad en estos reynos, por su mandado. (Pag 123-124)
En Toledo los RRCC dan orden de castigar a cargos públicos y les requisan una suma de dinero, los degollan y sus bienes repartidos a los pobres.
Fernando, “por la pereza y poco cuidado de servicio a Dios en sus reinos de los convertidos y también de los cristianos-viejos”, que están públicamente judaizando y entienden las Sagradas Escrituras de distinta manera que los santos doctores de la Iglesia. Y se cree que aún dura la herejía de Durango.
Alabando a los RRCC, comenta como deciden acabar con los excesos y crímenes cometidos en sus reinos. Por ello piden consejos a notables religiosos, entre ellos a Fernando Talavera y Torquemada.
La inquisición se establece y practica tales duros castigos que son quemados más de mil quinientos, reconciliados: cuatro mil. Ante esto huyen masivamente a “tierra de moros”, Portugal y diversas partes.
Pérez de Guzmán
Generaciones y semblanzas
Obras de Pérez de Guzmán: Don Pablo de Santa María. (Pag 39).
Don Pablo fue obispo de Burgos, era hebreo y converso pero un gran sabio y estudioso.
Aprovecha para demostrar como conversos sirven fielmente a la fe cristiana y denuncia cómo algunos hablan sin contemplaciones condenando a los cristianos nuevos, afirmando que no son útiles para la fe ni buenos cristianos.
Para defenderlos aunque reconoce que los primeros convertidos no serán fieles devotos y pueden recaer en su religión anterior, los excusa recordando que han nacido en la otra religión y han sido convertidos a la fuerza. Sin embargo, sus hijos y nietos si serán buenos cristianos. Lo cree así por la fuerza del sacramento del bautismo y porque conoce conversos que son buenos cristianos y que se han convertidos por propia voluntad. Por ello está en desacuerdo que se condene a toda una nación.

Resulta curioso que Fernando Pulgar, en su obra “Claros varones”, (pag 122) hable de “Cardenal Sant Sixto”, es decir, de Torquemada y no haga ninguna referencia acerca de la Inquisición.
 




Fernando del Pulgar                                                                                                  
Crónicas de los RRCC
Carta inédita de Pulgar sobre la ejecución de los conversos. Estudio preliminar, (pag L-LII)
En esta carta comenta que duda que 10.000 niñas (de diez a veinte años) de Andalucía sean judaizantes porque desde que nacieron están dentro de sus casas sin salir de ellas y así es difícil que oyeran o supieran de prácticas judías a no ser que se las inculcaran sus padres. Por lo tanto, quemarlas sería algo bastante cruel. Los inquisidores Diego Merlo y Medina, que son buenos cristianos, harán mejores cristianos con el agua bendita que con el fuego, como está el ejemplo de los obispos Paulo y Alonso.
Fernando Pulgar
Crónicas de los RRCC
Capítulo XCVI Tomo I  (pag 334-337)
En Sevilla, algunos clérigos informan a los RRCC que los conversos están judaizando y pidieron que se le castigara y que si no se castigaba la santa fe católica iría en detrimento por tanto mandaron al cardenal de España, el arzobispo de Sevilla, que debían hacer los sacramentos y se publicó en todas las parroquias por constitución. Los curas debían supervisarlo y si no se cumplía, debían amonestarlos.
Pero al no servir esta medida porque volvían a recaer y al saber esto los reyes se pusieron en contacto con el Sumo Pontífice y este les concedió una bula para que establecieran la institución con sus inquisidores para que pudieran castigar la herética pravedad. El cargo principal será para Torquemada. Este prior sustituyó en su lugar inquisidores en todas las villas de Castilla, Aragón, Valencia y Cataluña, donde se publicaban edictos para que los conversos confesaran y se reconciliaran.
Los conversos aparecieron ante los inquisidores y confesaban su herejía y se les daba penitencia. Unas 15000 personas.
Los que no confesaban dentro del plazo anunciado en el edicto y eran denunciados se les hacía presos, se les sometía al proceso y eran condenados por herejes y apóstatas. Eran quemados por la justicia seglar. Recoge unas 2000 personas y aunque muriesen durante el proceso se libraban de la pena, se les aplicaba a sus huesos las penas.
Muchos conversos huyeron a Portugal, Italia y Francia. Ante esto los inquisidores requisaban sus bienes  y al final se decretó que ningún judío morase en Sevilla y Córdoba.
Fernando Pulgar
Crónicas de los RRCC
Capítulo XCVIII: Como el rey e la reyna ovieron nueva que el rey de Portugal era vuelto a su reyno. E lo que Gomez Manrique fabló a los de Toledo. Tomo I (Pag 343-351).
(En este capítulo aprovecha el discurso dado para poner en Manrique, gobernador de Toledo, sus propias palabras). Año 1478, cuando la ciudad está bajo la amenaza de nuevos ataques conversos. En este discurso repasa la actitud de los toledanos en las décadas anteriores, les recuerda cómo se rebelaron contra un rey tras otro creyendo que con estas rebeliones y robos lograrían riquezas y honores y sólo habían conseguido pobreza y no lo conseguirán ahora atacando a los conversos. En palabras de Manrique afirma que él se abstendrá de continuar y extender el castigo que había comenzado a imponer a malhechores porque los reyes son tan piadosos que no miran de qué sangre son sus súbditos.
Fernando de Pulgar                                                                                                   
Crónicas de los RRCC
Carta: “Para un amigo de Toledo”. Estudio preliminar. Tomo I (pag 63-64).
Denuncia cómo se priva de cargos públicos por la sangre y se piensa que los de no buen linaje no tienen derecho  a ser ricos, sobre todo los que son ricos desde poco tiempo. Señala que la causa es la envidia y este tormento provoca insultos y tomar armas para quedarse con las riquezas. Considera que esta no es una conducta correcta.
Fernando del Pulgar
Crónicas de los RRCC
Capítulo CXX: de la esecuçion que se fiço en Sevilla contra los hereges. Tomo I (pag)
Al enterarse los RRCC que había conversos que judaizaban, el rey mandó a un religioso de la orden de Santo Domingo, que era superior del monasterio de Santa Cruz de Segovia, que se encargarse de la Inquisición general de todos los reynos e señoritos. Este prior aceptó el cometido y además hizo llamar a otros tres letrados eclesiásticos: uno de Valencia, otro de Burgos y el tercero era Juan Medina. A ellos tres los colocó en Sevilla para que ejercieran como inquisidores. Tan pronto como tomaron el cargo apresaron a muchos conversos por judaizar y 300 fueron relajados y el resto hecho presos. Ante este ataque, los conversos optaron por huir a Portugal y a la tierra de moros y a señoríos. Al huir, se les coge los bienes para pagar justamente la guerra a los moros.
Se comenta que la inquisición estaba actuando incorrectamente y los familiares de los presos se quejan de esto a los RRCC. Se quejan de los procesos y de las formas de tomar las declaraciones, donde dan tormentos y en las sentencias se ejecutaban de forma muy cruel, y no sólo con los procesados, sino contra todos para difamar a la comunidad de conversos. Además, para aquellos que confesaba de su herejía, también se les castigaba duramente y la pena del fuego era excesiva.
Ante estas quejas los RRCC mandan que se viera esta cuestión en el consejo y que se hiciera lo marcado en el Derecho, para ello se reúnen el cardenal de España (arzobispo de Sevilla) y los obispos de Jaén, Palencia y diez doctores, en dicha reunión regulan los procesos y penas. 
Pero a pesar de esto, Sevilla se despobló de conversos y se le notificó a la reina, ante esto mandó disminuir las rentas y decretó que había que limpiar el reino de la herejía.                                                                                                           
Diego Valera
Memorial de diversas hazañas
Capítulo XXXVIII: de la batalla que se obo cerca de la villa de Olmedo entre los reyes don Enrique e don Alonso. (Pag 134-43)
En Palencia, el rey Alfonso rechaza la petición que le dirigieron los toledanos de que les autorizara a conservar los bienes y oficios que les habían quitado a los conversos en los recientes disturbios [aunque lo omite son los disturbios de Carmona de 1462 y los de Toledo de 1467], (a estos peticionarios los llama malos robadores). Aprovecha para comentar que los disturbios son provocados por la gran enemistad que hay sobre los conversos por parte de los cristianos viejos y su soberbia y envidia por el dinero de los cristianos nuevos y “en verdad el aspecto religioso brilla por su ausencia”.      
Oropesa
Lumen ad revelationem gentium
 Capítulo XLVI: donde para responder a los argumentos expuestos se descubre y expone primero cómo este es un modo común de equivocarse en que creían apoyarse los argumentantes, y al respecto se explica de dónde provenga la trampa, porque procede de un principio viciado, como se hace ver claramente.
Denuncia como muchos que predican la fe católica en verdad son falsos profetas y pseudo-apósteles que en verdad se mueven por la concupiscencia, o por la envidia y emulación, o por la soberbia y ambición, que tienen ciego y se cegará su necio corazón, hasta intentar defender el error en lugar del sano consejo, y diciendo que son sabios se vuelven necios.
Para él, los enemigos de los conversos juegan este papel que han jugado otros a lo largo de la historia de la cristiandad. Empeñados en dividir el pueblo de Dios cuando él los unificó.
Oropesa
Lumen ad revelationem gentium
Capítulo XLVII: Donde se ponen tres reglas generales que tenemos que seguir al tratar y exponer las sagradas escrituras, por las que también fácilmente pueden convencerse quienesquiera que yerren en tales doctrinas, y que también mediante ellas quedan convictos y son inexcusables los que pretendían introducir en la Iglesia esta doctrina del cisma y lucha entre estos dos pueblos.
Aquí afirma cuánta ha sido la temeridad y audacia de los cristianos-viejos que quieren separar de la Iglesia de Dios a los que se habían convertido del judaísmo y hecho cristianos por el bautismo. También denuncia cómo  se esfuerzan por excluirlos de los oficios, dignidades y otros honores de la Iglesia. Para él esto va contra la autoridad de la Iglesia universal, contra su sagrada Escritura y sucesión tácita, contra su uso y costumbre prolongado desde los santos apóstoles hasta ahora, y contra sus honorables concilios (se apoya en los “Hechos de los Apóstoles”) y asevera que va en contra el concilio Niceno, donde está escrito que hay un solo bautismo y también una comunión de los santos, es decir, de todos los fieles.
Por lo tanto, quedan convictos y son inexcusables las personas que atacan a los conversos y los denomina sectarios. Afirma que no tienen disculpa alguna de ignorancia o simplicidad, y para esto se apoya en las palabras de Tomás porque condena a estos “nuevos doctores envidiosos y pertinaces luchadores con sus discípulos y secuaces”.
Con esto cree que  podría y debería bastar para dejar convictos y también para destruir tal postura y error pertinaz así como para condenar también a sus autores, secuaces y defensores.
Oropesa
Lumen ad revelationem gentium
 Capítulo XLII: Que esta misma unidad de la Santa Madre Iglesia respecto a la fe y sacramentos y demás oficios y beneficios suyos hacia todos sus fieles sin diferencias, de dondequiera que hayan venido a ella, está igualmente confirmada en las leyes civiles por los reyes católicos, como obsequio y reverencia a la Santísima Madre Iglesia de quien espiritualmente han nacido.
Advierte que se ha de controlar a estos sembradores de cizaña y discordia. Además que habría que añadir a las leyes civiles de los príncipes creyentes medida con las que se apague del todo su aludida temeridad.
Defiende la idea de que los reyes deben tomar partido en la cuestión porque considera que corresponde a los mismos reyes y príncipes cristianos, si de verdad quieren ser nobles e ilustres ante Dios y los hombres, así como permanecer en las sedes que ocupan, el mantener en paz a su santísima madre la Iglesia y procurar incesantemente su concordia, tan amable y necesaria; pues, de no hacerlo, no podrían dar cuenta de su gobierno ante Dios, por quien ellos reinan.
Movido, pues, por esta ilustración de la Iglesia santísima y encendido por el celo de la fe, por el amor de la paz y concordia evangélicas, recuerda al noble rey don Alfonso, tan buen hijo católico de la Iglesia como diligente gobernante de su reino (a su parecer) y pone aquí el origen del surgimiento “en el tiempo en que reinaba el murmullo de esta sediciosa discordia que había que hacer desaparecer, dentro de sus reinos, inmediatamente coartó todos sus torbellinos con una ley rigurosa, volviendo a la tranquilidad debida al establecer por mandato que todos los bautizados en la fe fueran en todo y por todo iguales y concordes en la única comunidad católica del estado”, Por lo tanto, los dos pueblos permanecieron en paz por algún tiempo y se quedó adormecida la turbulenta discordia; hasta que poco a poco, “por la agitación del demonio”, ha vuelto a surgir promovida públicamente y ha sacudido la sagrada comunión de los fieles.
·      Análisis
Para realizar el análisis comparativo, vamos a centrarnos en los siguientes puntos:
o   Fecha a la que se remontan para ver el comienzo del problema que originó el establecimiento del tribunal.
o   Dónde
o   Quiénes fueron claves para ello
o   Motivos económicos
o   Motivos sociales
o   Actitud de los reyes
Por lo que respecta al primer aspecto, vemos como algunos cronistas se remontan más atrás que otros. Andrés Bernáldez apunta que es desde 1390, con la actuación de Alonso Hojeda predicando en las sinagogas, en el reinado de Enrique III y Diego Valera se establece desde 1462 y 1467 con motivo de las revueltas de Carmona y Toledo.
El resto de los cronistas relatan los hechos ya a partir de 1477, un año antes de la fundación de la Inquisición.
De tal modo es interesante detenerse a observar los que se remontan más atrás. Claramente las causas que originan el surgimiento del tribunal no sólo se producen un año antes, sino que no se produce una inmediata relación entre esos hechos y el Santo Oficio por parte de los contemporáneos del momento, que hay que tener en cuenta que no son historiadores sino cronistas que relatan lo que están presenciando.
De tal modo, que pondremos estos hechos como los primeros indicios de lo que posteriormente se irá agravando, puesto que hay presencia judía que ya empieza a incomodar a los cristianos-viejos.
En cuanto a los lugares claves vemos uniformidad por parte de los cronistas, entendiendo que son aquellos donde tienen lugar los conflictos: Sevilla y Toledo.
Como figuras claves, vemos cómo Andrés Bernáldez señala a Alonso Hojeda, por sus predicaciones y su actuación en Sevilla hablando con los RRCC, mientras que Valera considera que es Torquemada y Fernando Talavera, ya que los RRCC le piden consejo.
El resto de los cronistas no mencionarán personajes que influyesen a los monarcas, sino comentan simplemente cómo a los monarcas se les informa del problema y en consecuencia, toman sus decisiones. 
Realmente pensar que por la petición de un clérigo los monarcas tomen una decisión con tales repercusiones se trata de una explicación demasiado simplista donde obvia otros factores que sí son realmente claves para la creación del Tribunal, tales como los que vemos a continuación.
Analicemos conjuntamente  los motivos sociales y económicos:
 Oropesa apunta claramente a la envidia de los cristianos viejos por los cargos administrativos y eclesiásticos que ocupan los conversos.
Andrés Bernáldez apunta que el problema viene al convertirse al cristianismo, puesto que siguen con las prácticas judías y entonces son herejes. Señala cómo continúan con sus antiguas creencias.
En cuanto a Diego Valera, también indica que es el comportamiento no riguroso de los conversos lo que lleva a Fernando a tomar la decisión (aunque indica también que algunos cristianos-viejos tampoco son ejemplares). Es llamativo como recalca que en realidad las faltas de aspecto religioso brillan por su ausencia a la hora de atacar a los conversos.
Hernando del Pulgar, al igual que Oropesa, culpa que la causa es la envidia, que  provoca insultos y tomar armas para quedarse con las riquezas.
Bien, ante esto estamos viendo que salvo Andrés Bernáldez, que está en contra de los conversos, el resto de los cronistas indican que prima la causa económica sobre la religiosa. Pero no sólo lo vemos en sus declaraciones por ocupar los cargos públicos y acumular riquezas, sino también en otro aspecto: los primeros conversos en ser castigados en Sevilla pertenecen a una escala social alta. Hasta Andrés Bernáldez recoge como uno de los condenados es Diego Susán (regidor). Así lo recoge también Hernando del Pulgar[1].
Por lo tanto, estos acontecimientos corroboran que sean por motivos económicos ya que de no ser así no irían desde un primer momento a condenar a los conversos ricos, dado que si se les declaraba culpables, se les confiscaba sus bienes, tal y como nos cita Pulgar al recoger el funcionamiento del Santo Oficio. Otro motivo clave que indica este interés económico son las peticiones reiteradas de los cristianos-viejos a los RRCC, piden que no ocupen los cargos, si la causa es el no cumplimiento de los ritos cristianos, esta solicitud carecería de sentido y sin embargo, este hecho está recogido por Pulgar y Valera.
Bien, si como causa clave de la aparición de la Inquisición apuntamos a la riqueza de los conversos, derivando a que los cristianos-viejos se movilicen para arrebatarles tales riquezas y puestos; no hay que olvidar otro factor clave: Fernando e Isabel, pues independientemente de las sugerencias de clérigos, serán ellos quienes soliciten al Papa la bula para la creación del Tribunal.
¿Por qué a los Reyes les interesa un Santo Oficio? Según Valera, por ver que los conversos no eran buenos cristianos, Bernáldez indica que es para que no se extienda la herejía, también Pulgar recoge que es por quejas de que los conversos judaízan. Sin embargo atendamos a un detalle altamente significativo: Pulgar recoge que Toledo está bajo amenaza de nuevos disturbios por parte de conversos, pero también recoge en el discurso de Manrique cómo los cristianos-viejos también están provocando conflictos. Diego Valera también nombra conflictos. Ante esto a los RRCC les interesa un objetivo ante todo: mantener el orden y la paz en sus reinos, para ello hay que calmar a los cristianos-viejos accediendo a sus peticiones y castigar a los conversos que se revelan por las hostilidades para que cese los disturbios.
Si nos fijamos, los RRCC sólo toman represalias contra los conversos cuando despiertan el odio, porque si desde un primer momento sintieran rechazo por tener sangre judía, jamás les hubiesen permitido que ocuparan cargos administrativos y eclesiásticos. De tal modo que tampoco es por causa religiosa por la que los RRCC deciden instaurar la Inquisición. Es más, como leemos en Pulgar, antes deciden una medida previa enviando a los curas a supervisar si los conversos realizaban los sacramentos.
En añadidura, si el objetivo es recobrar la paz en los reinos, la actuación de la Inquisición ha de ser dura en sus comienzos para satisfacer a unos y provocar el temor en otros. Tal es así que, sin ellos desearlo, se produce una huída masiva como recogen varios cronistas.
¿Pero consiguieron lo que pretendían? ¿Mantener la paz? Está visto que no totalmente, pues se recoge cómo los conversos protestarán por los duros castigos que se les aplica. Y no sólo ellos, a pesar que hayan muchos detractores de los conversos, también hubo defensores que los apoyaron, aunque sólo tenemos constancia de estos cronistas que lo dejaron por escrito (asumiendo sus riesgos). De hecho, los RRCC tendrán que lidiar con aquellos Papas que se muestren recalcitrantes ante el funcionamiento de la Inquisición al ser informados de las irregularidades.
Bien, en cuanto a los argumentos que usan los cronistas parar defender a los conversos será analizado en el apartado de comparación y contraste entre la bibliografía y las crónicas.
Orígenes de la Inquisición según la bibliografía
·      Exposición
En este apartado se ha tomado la decisión de tratar de coger autores especializados en el tema inquisitorial así como de los judíos/conversos para ver intentar captar una imagen más completa de lo que nos puede ofrecer. Para la especialización de la inquisición se ha elegido a dos autores de peso: Henry Kamen y Netanyahu, y a un tercero, Doris Moreno. En cuanto para judíos y conversos se ha escogido al que se considera al autor de mayor peso: Julio Caro Baroja.
-         En el libro de Doris Moreno encontramos lo siguiente:
Recoge, para los primeros pasos de la Inquisición española, que los RRCC debieron tomar plena conciencia de la cuestión judía en su visita a Sevilla en la segunda mitad de 1477, de manera que solicitaron al papa Sixto IV la concesión de una Inquisición pontificia que pudiera actuar en Castilla. El 1 de noviembre de 1478 el papa Sixto IV concedía a petición de los Reyes Católicos la bula Exigit Sincerae Devotionis Affectus con la que se creaba la Inquisición española.
Dos años más tarde, en 1480, se iniciaba la andadura del Tribunal del Santo Oficio con el nombramiento de dos frailes predicadores, Miguel de Morillo y Juan de San Martín, destinados a realizar la institución en Sevilla.
Entre 1480 y 1487 se va a librar una dura batalla en el escenario romano, ante el Papa. Los conversos inician una ofensiva contra la Inquisición subrayando las irregularidades cometidas en aquellos primeros años y pidiendo o bien de vuelta de la Inquisición al modelo episcopal o bien su abolición. Los argumentos de los conversos (crueldad procesal, injusticia, rapiña de inquisidores y funcionarios, testigos falsos…), junto con grandes y persuasivas cantidades de dinero, contribuyeron a hacer tambalear las decisiones pontificias.
En 1482 Sixto IV cede a estas presiones y emite una bula que limita considerablemente los poderes inquisitoriales. Sin embargo la intensa presión diplomática de Fernando el Católico y el ascenso al solio pontificio de Inocencio VIII van a marcar una nueva etapa, definida por el nombramiento de fray Tomás de Torquemada como inquisidor general único para todos los reinos de la monarquía.
En lo que respecta a la persecución judeoconversa, la crítica a la Inquisición comenzó a formularse lógicamente desde el ámbito judeoconverso, sus primeras víctimas. Entre 1478 y 1530 la Inquisición procesó a más de 60.000 personas acusadas de cripto-judaísmo. La persecución de los conversos, motivo expreso de la fundación de los tribunales del Santo Oficio en España y Portugal, suscitó desde el principio una fuerte oposición.
Desde un principio, en España apareció la imagen de la acción inquisitorial arbitraria, ligada a acciones contundentes como el proceso de excepción o los juicios expeditivos. Esta imagen se difundió rápidamente por Europa con la diáspora judía posterior a 1492 y es el origen de las sublevaciones que tuvieron éxito y que influyeron en la firme oposición de los círculos dirigentes de Milán en 1563 frente a intentos parecidos. Estas oposiciones son claros símbolos de la mala reputación rápidamente adquirida por la Inquisición, particularmente la española. Los textos del exilio judío incidían especialmente sobre cuatro aspectos en su crítica a la Inquisición:
1.       El poder destructor del Santo Oficio destruía los cuerpos haciendo referencia al proceso penal inquisitorial y sus consecuencias, a la noción de juicio arbitrario en torno al secreto del proceso y los testigos únicos, la tortura y las relajaciones.
2.      La destrucción de las haciendas. Las penas para el crimen de herejía comprendían la confiscación de todos los bienes del reo, lo que suponía la ruina de toda la familia, sin hablar de la inhabilitación de los descendientes de los condenados para ejercer determinados cargos y oficios.
3.      La actuación discriminatoria.
4.      Finalmente, el poder destructor del Santo Oficio, destruía las almas doblemente: obligando a la apostasía y obligando a la traición.

-         Henry Kamen explica en su libro:
La Reconquista destruyó la coexistencia racial y religiosa que había distinguido a la España medieval a pesar de los continuos conflictos armados. En la España medieval hubo largos períodos en que el estrecho contacto entre los diversos pueblos de la península condujo a una tolerancia mutua entre las tres principales comunidades: cristianos, moros y judíos.
No obstante, a partir del siglo XIV esto se acabó y comenzaron las matanzas de judíos.
Lo que hizo en el siglo XIV fuera diferente es que cristianos, moros, y judíos no podían ya cobijarse bajo la misma cúpula, porque había roto el orden vigente en España: el pueblo cristiano guerreaba o trabajaba la tierra, el moro le labraba las casas y el judío lo señoreaba como agente del fisco y cómo hábil técnico. De este modo, la posibilidad de que España viera la evolución de una sociedad multirracial basada en la mutua tolerancia, fue explícitamente rechazada por los hombres que ahora se habían hecho cargo del poder del poder en la península.
La actitud de ataque contra los judíos por parte de la nobleza feudal fue para eliminar aquella parte de la clase media (los judíos), que amenazaba su predominio en el Estado.
Ante esto, los RRCC se preocuparon por pacificar los reinos cuando comenzaron los conflictos. El resultado de esta política en Castilla dio lugar a la creación de la Inquisición moderna española.
La inquisición fue establecida por decreto papal en noviembre de 1478 para examinar la autenticidad de su conversión. Lo que se ve claro es que la Inquisición no era ni más ni menos que un arma clasista utilizada para imponer sobre todas las comunidades de la península la ideología de una clase, la aristocracia eclesiástica y seglar.
Fue tal la presión de esta clase que Fernando no escuchó las advertencias de las municipalidades de las principales ciudades de España, sobre los resultados económicos que traería la implantación de la Inquisición y la huida de los conversos.
Para entender mejor el deseo de querer quitarse esta competencia vamos a ver que en el reino de Aragón casi toda la administración estaba en manos de conversos. En el mismo instante en que la Inquisición comenzó a funcionar, cinco conversos: Luis de Santángel, Gabriel Sánchez, Sancho de Paternoy, Felipe Climent y Alfonso de la Caballería, ocupaban los cinco cargos más importantes del reino.
Los conversos ocupaban los puestos de la administración, de las finanzas, puestos influyentes de la Iglesia, médicos, letrados… Los cristianos viejos querían estos puestos.
Además, algunos conversos influyentes, para protegerse así mismo, fomentaron también el odio racial. Tal es el caso de Pablo de Santa María y Alonso de Espina, donde los denominaba: traidores, blasfemos, infanticidas, asesinos (disfrazados de médicos), envenenadores, usureros y así sucesivamente.
La primera medida defensiva importante tomada por los cristianos-viejos contra los conversos fue excluirlos de la administración pública. Esto dio lugar a los disturbios de 1449 de Toledo. Como consecuencia de los motines, los cristianos-viejos reunieron un tribunal para determinar si debían permitir que los conversos ocuparan cargos públicos.
El rey daría vigor a esa propuesta en 1451 mediante una Sentencia-Estatuto.
Si a esto añadimos que la difamación de los conversos por parte de la élite dirigente se extendió por los individuos más crédulos del siglo XV, creyeron a sus señores y tuvieron desconfianza de los conversos y acabara en odio.
En el reinado de Fernando e Isabel los predicadores se esforzaron para difamar a los conversos aprovechando los disturbios. Entre estos predicadores figuraba Alonso de Hojeda, prior dominico de Sevilla, que dedicó todas sus energías a advertir a la corona del peligro de los judíos y los falsos conversos. La oportunidad le llegó cuando la reina Isabel se trasladó a Sevilla en julio de 1477. Los historiadores se muestran unánimes al citar las predicaciones de Hojeda como una de las influencias inmediatas que recibió la reina y que la llevaron a su decisión final sobre los conversos. Poco después de que Isabel partiera de Sevilla en julio de 1477. Hojeda halló pruebas de que se había celebrado una reunión secreta de conversos judaizantes en la ciudad, y con ellas en la mano fue a pedir el establecimiento de medidas contra los heréticos. Parece que el gobierno quedó impresionado por aquellas pruebas, y que pidió un informe sobre la situación en Sevilla. El informe apoyado por la autoridad de Pedro González de Mendoza, arzobispo de Sevilla, y de Tomás de Torquemada, reveló que no sólo en Sevilla, sino en toda Andalucía y Castilla, los conversos practicaban los ritos judíos en secreto. Enfrentados con esta situación, Fernando e Isabel dieron su consentimiento para que fuera introducida en Castilla la maquinaria inquisitorial, y enviaron instrucciones a Roma para la obtención de la bula de institución.
Pasaron dos años sin movimientos, este largo intermedio pareció contradecir la argumentación de Hojeda de que era urgente enfrentarse con el peligro de los conversos. Una explicación verosímil es que Fernando e Isabel creían prudente un período de precavida tolerancia, antes de tomar medidas más severas, y que esta política pudo estar en parte influenciada por el gran número de conversos que ocupaban puestos destacados en la Corte. Se puede decir que la inquisición española empezó a funcionar cuando rechazó los nombramientos de inquisidores propuestos en la bula papal sino que se otorgaron a los dominicos Juan de San Martín, Miguel de Morrillo y Juan Ruiz de Medina.
Cuando inició sus actuaciones provocó un éxodo en masa de los conversos. Los primeros quemados fueron los conversos más ricos (6 de febrero de 1841), entre ellos, Diego de Susán.
Las herejías sacadas a la luz en Sevilla justificaron el establecimiento de la Inquisición y su expansión creando otros tribunales a lo largo del reino. Y se veía como algo urgente y se necesitaba más bulas papales.
Tras los gestos desesperados de los conversos, con huidas y súplicas provocaron una reacción aún más violenta del Santo Oficio. Esto significaba a su vez más relajados.
Con esto la Inquisición echa firmes raíces en Castilla, y ya contaba con su organización administrativa esencial. El siguiente paso sería extender la Inquisición en Aragón.
En Castilla la resistencia al Santo Oficio fue de unos pocos y falló. Pero en Aragón fue mucho más firme el rechazo.
El Papa Sixto IV trató de negarse, pero tras la presión de Fernando, consintió también el establecimiento de una inquisición bajo el control del rey. Con esto Torquemada quedaba a la cabeza de ambas inquisiciones.
Sin embargo, los aragoneses siguieron resistiéndose a las pretensiones del rey durante dos años y no aceptaron a Torquemada. El Papa no quiso revocar al inquisidor de Barcelona, Juan Comte. No obstante, con el nuevo Papa, Inocencio VIII si lo revocó para que ocupara el puesto Torquemada.
Aún así, en Barcelona se resistió año y medio y sólo aceptaron al representaste de Torquemada, Alonso de Espina.
Sin embargo, va a darse una paradoja que se debe tener en cuenta: los puestos principales del Santo Oficio lo ocuparán personas que tienen antepasados judíos, estamos hablando de Torquemada y Diego de Beza.
-         Según Netanyahu, ve como causas del establecimiento de la inquisición los siguientes aspectos:
El hecho de solucionar el problema de la Santa Hermandad (fuerza de para mantener el control y la paz en los reinos) que no tenían su lealtad, así como la de grandes ciudades y nobles destacados. Conseguida la estabilidad en este aspecto es cuando se centraron en la cuestión de los conversos.
La solución fue crear el Santo Oficio bajo su dominio y no bajo el control del Papa. Solicitaron la bula a Sixto IV, tras haber estado en Sevilla en 1478, donde los incidentes acaecidos influyeron para tomar la decisión.
Pero para que se diera esto en Sevilla antes hay que recordar el regreso a Córdoba de miles de conversos que habían salido de ella después de los grandes disturbios de 1473, que se habían instalado en torno a la fortaleza de Gibraltar (que pertenecía al Duque de Medinasidonia). Este regreso provocó el despertar del descontento y aparecieron las críticas por parte de los cristiano-viejos.
Así dio pie a que se agravara en Sevilla porque los conversos gozaban de significativo poder: numérico, económico y político. La mitad del comercio estaba en sus manos y también la administración.
La ofensiva contra ellos los encabezaron los dominicos y los conversos respondieron violentamente ante la propuesta de erigir tribunales inquisitoriales. Lo que provocará todavía más tensiones.
Alonso de Hojeda será el principal dominico que predique contra ellos y será una influencia relativa para que los RRCC adopten la decisión. Si bien, los RRCC también tuvieron una clara decisión propia ya que valoraron que numéricamente los conversos estaban en desventaja y tanto ellos como los cristianos-viejos podían provocar disturbios, desórdenes y problemas a gran escala; y no solamente en Sevilla, Toledo también. Prueba de ello el discurso de Manrique sobre la cuestión conversa.
Sin embargo, tardó dos años en entrar en vigor desde que se recibió la bula. La respuesta a esta demora se puede hallar en que muchos de los altos funcionarios de los RRCC eran cristianos-nuevos y cundían los conversos en todos los departamentos del reino.
Otro motivo aún más de peso para no ponerlo en vigor, ya que tomada la decisión aunque se opusiesen los conversos no habría marcha atrás, es que  Castilla aún estaba en guerra con Portugal y habría una segunda guerra. Esto ocupó de lleno a Isabel y Fernando, el verdadero arquitecto de la institución, tuvo que ocuparse de los asuntos de Aragón al morir su padre.
Además hubo una medida previa antes de que la Inquisición entrara en vigor, ya que lo que primaba para los RRCC era la estabilidad en el reino: separar los vecindarios de cristianos-viejos de los nuevos.
Pero no olvidemos que el motivo principal de odio a los conversos era su riqueza. ¿Cuál era la situación económica de los cristianos-nuevos como para despertar tal  odio? Ocupaban muchos altos cargos en las cuatro administraciones del país (real, nobiliaria, eclesiástica y urbana).
En cuanto al papel jugado por los RRCC, Fernando de Aragón fue el principal artífice y veremos cuáles fueron sus decisiones ante las circunstancias que se le presentaban:
No puede prohibir oficialmente la ocupación de cargos y beneficios públicos a los conversos, pues promulgar decretos a este efecto sería opuesto igualmente a las leyes existentes y, además, estaría objetivamente desprovisto de toda razón justificante. A pesar de la violenta campaña contra los funcionarios conversos, es bien sabido que cumplen sus deberes a conciencia, y sería un ultraje a la justicia pagarles sus servicios de tan ofensiva y humillante manera. De modo semejante, restringir los derechos de todos los conversos porque se rumorea que algunos de ellos judaízan sería ilegal, ya que la herejía no se puede castigar colectivamente, y ciertamente no por meros chismes.
Entonces, ¿qué pueden hacer los soberanos si desean atraerse a los anti-conversos a su lado y permanecer dentro de las leyes en las que el reino descansa? Lo único que pueden hacer es adoptar el curso exigido por todos los críticos de los conversos: establecer una inquisición.
Así, no se cometería ilegalidades, ya que consistiría en inquirir e investigar si la acusación es válida. Además, para no temer problemas,  no se condenaría a los que habían nacido bajo la religión judía debido a que esto precisamente había imposible la desviación del cristianismo ya que no la habían practicado, así como aquellos que fueron convertidos bajo presión. No obstante, para  acusar de herejía aquellos que se habían convertido sin coacción no levantaría cuestionamientos ni confusión (que es lo que querían evitar a toda costa).
Por lo tanto, al establecer la Inquisición se define al converso como convertido sin coacción, de esta manera, sin traerse problemas, el Santo Oficio podría tratar a los conversos como sus enemigos deseaban y los RRCC los tendrían de su lado.
Y otro detalle más importante, cualquier converso, daba igual su escala social. De esta manera se alcanzaba a aquellos que se consideraba “competencia” por parte de los cristianos viejos.
Así el propósito de la Inquisición fue, ante todo, satisfacer al movimiento anti-converso: emocionalmente, socialmente y diplomáticamente. Una inquisición moderada no lograría este fin. Paradójicamente, Fernando, mantuvo a conversos trabajando para él, apreciando su labor, entre ellos, a su médico personal: Villalobos. Y tomó la decisión sabiendo que iba a repercutir en la economía española.
¿Por qué? Porque a través de los arrendatarios de impuestos y tesoreros, Fernando pudo obtener cálculos exactos de las fortunas de los conversos que serían confiscados a través del Santo Oficio.
-         Julio Caro Baroja:
El tribunal de la Inquisición se creó casi única y exclusivamente con el fin de controlar la vida religiosa de los conversos y eliminar las “justicias populares”.
Los RRCC dieron cuenta al Papa de la situación que se vivía en sus reinos y éste, tras algunas vacilaciones extendió la bula el 1 de noviembre de 1478, por las que le confería la facultad de poner en sus reinos inquisidores de la fe.
La entrada de los primeros inquisidores en Sevilla produjo el alboroto consiguiente entre aquellos conversos que poseían grandes caudales y que, por tanto, seguían influyendo en la vida de la ciudad. (Entre ellos, Diego Susan).
Con el establecimiento de la Inquisición ya en 1481 fueron quemados en distintas villas y ciudades hasta dos mil hombres y mujeres.
Ante esto, los conversos apelaron al Papa, que en 1482 hizo constar que no estaba muy satisfecho de algunos de los procedimientos inquisitoriales. Además, en Toledo y Ciudad Real hicieron una buena redada de letrados, escribanos, notarios y hombres que habían ocupado puestos de distinción. Esto provocó también nuevas protestas de los conversos ricos y protestaron de las penas feroces que se aplicaban. Inocencio VIII y Alejandro VI decidieron intervenir, pero los RRCC supieron evadirse y seguir con sus proyectos hasta llegar al punto de culminar su obra con la expulsión.
·      Análisis
Bien, empecemos con Doris Moreno, su contribución es principalmente los primeros actos del Tribunal y la reacción de protesta de los conversos y la “mala fama” que adquiere rápidamente la Inquisición. Sin embargo, no nos ilustra acerca de los motivos que dieron a su creación, nos limita a aseverarnos que se originó para perseguir expresamente a los conversos, tampoco nos explica por qué el Tribunal actúa con esa crudeza en sus comienzos.
Julio Caro Baroja, si trata el tema antes de su creación, donde también lo sitúa los hechos en Sevilla y resalta el número elevando de condenados así como los reparos de los Papas al ver la crudeza con la que actúa el Santo Oficio. Pero realmente no nos aclara debido a qué se crea el Santo Oficio.
Henry Kamen y Netanyahu serán quienes traten el tema más profundamente, coincidiendo en varios aspectos como bien veremos y también será quienes nos ilustren para lo que deseamos saber en este estudio.
Kamen sitúa el origen del conflicto entre cristianos viejos y nuevos en el siglo XIV, afirmando que antes había una coexistencia pacífica por parte de los practicantes de ambas religiones. Señala como factor del conflicto que los conversos tienen el predominio en los cargos del Estado y esto a los cristianos-viejos no les gusta. Además indica que a los RRCC los que le va a interesar en primer lugar será la pacificación y bajo esta premisa tomarán sus decisiones, sabiendo incluso que traerá repercusiones económicas negativas. Para él, la figura de Alonso de Hojeda no es un personaje clave que influye en los monarcas, para decir esto se basa en que a pesar de que expresaba la urgencia de que funcionara el Tribunal cuanto antes, pasaron dos años antes de que comenzaran a perseguir a los judíos.
Este motivo de la tardanza es totalmente comprensible si apuntamos al conocimiento que tenían los RRCC del perjuicio económico que les causaría pero, les primaba que reinara la paz (además de la guerra que hay con Portugal).
Sin embargo, es significativo ver la distinción que hace entre Castilla y Aragón en cuanto a la resistencia. Y esto nos hace plantearnos por qué en Aragón si consigue frenar durante un tiempo la instauración del Tribunal. La clave está en los cristianos-viejos, es en Castilla donde presionan y los disturbios tienen lugar en ciudades pertenecientes a los reinos de Isabel (Toledo, Sevilla, Ciudad Real) pero no  se recoge que en los reinos de Fernando haya habido conflictos importantes. Esto a su vez nos lleva a plantearnos otra cuestión ¿por qué los cristianos-viejos de Aragón no muestran disconformidad? La respuesta posible a esta pregunta es que los conversos debieron ocupar los cargos públicos pertenecientes a Castilla y no presentaban esa amenaza en Aragón.
En cuanto a Netanyahu, vemos que coincide con Kamen en que los RRCC buscan mantener la paz en sus reinos pero añade algo que con Kamen no nos queda esclarecido totalmente ¿Por qué los RRCC se preocupan de los conversos en estos momentos y no antes? ¿Y si en el siglo XIII consiguen estar en armonía ambas religiones por qué no en el siglo XIV? Netanyahu nos propone que los RRCC atienden esta cuestión ahora porque ya han resuelto el problema de la Santa Hermandad para conseguir la estabilidad de los reinos y queda vía libre para atender al problema converso. Por otro lado, salta el problema de los conversos dado que vuelven en número significativo  a las ciudades andaluzas, tras ser expulsados de Gibraltar, y despiertan el resentimiento de los cristianos-viejos.
Aparte de esto, coincide con Kamen en que el motivo económico prima sobre el religioso, así como que fue las propias decisiones de los RRCC lo que llevaron a la creación de la Inquisición y no tanto la influencia de determinados clérigos.
Y en añadidura intenta explicarnos una cuestión que no la trata ningún otro autor: ¿por qué se toma la decisión de establecer el tribunal a pesar de ser conscientes que perjudicará enormemente a la administración del estado y a las finanzas? No sólo se queda en el argumento de que tiene que primar a la estabilidad en los reinos, sino que nos propone que piensan compensarlo confiscando los bienes a los conversos declarados culpables de herejías.
Por otro lado, se aclara un aspecto muy significativo, si, hay que contentar a los cristianos-viejos retirándolos los cargos públicos ¿pero cómo sin levantar protestas tales como proponen Pulgar, Oropesa o Guzmán? Si los conversos son convertidos a la fuerza es lógico que no sean buenos cristianos al principio, así como hay conversos que han prestado ejemplares servicios. Sin embargo, si se apunta que son convertidos voluntariamente, sin coacción alguna, y aún así son herejes, ya está en pleno derecho de castigo. Además con un Tribunal queda resuelto el asunto de no cometer la ilegalidad al destituirlos de los cargos.
Estos argumentos de Netanyahu presentan una cadena muy posible y lógica de las razones que desencadenan la creación de la Inquisición. Para exponer estos argumentos se ha basado en un profundo estudio con una bibliografía consultada amplísima que no igualan el resto de los autores. Si a esto añadimos que se muestra de acuerdo a Kamen, el otro especialista del tema inquisitorial, nos da razones suficientes para tener muy en cuenta sus argumentos.
En lo que respecta a los otros dos autores, Doris Moreno y Caro Baroja, para este estudio no han hecho una contribución igual de significativa, con lo cual no se menosprecia su aportación que para otro estudio puede ser su contribución muy importante.
Comparación y contraste entre las crónicas y la bibliografía
Contrastando ahora lo visto entre las crónicas y la bibliografía vemos que no hay disparidades, sino que la opinión de Caro Baroja, Kamen y Nentanyahu es acorde con la de los cronistas, obviando a Bernáldez.
Esto no es extraño, por un lado, la fuente principal de Baroja para sus argumentos es Pulgar, al cual cita constantemente, Kamen y, sobretodo Nentanyahu, usan una documentación más amplia pero tienen entre ellas a estos cronistas y con esta base realizan sus estudios, tomándolas como más fidedignas que las crónicas de los detractores, como por ejemplo Alonso de Espina, quien nos ofrecería una visión muy parecida a la de Bernáldez y por tanto, claramente manipulada ya que, a lo largo de este estudio, hemos visto cómo el motivo religioso no se sostiene dado las características de los hechos acaecidos en su momento.
Por este mismo motivo, las crónicas escogidas han sido estas, entendiendo que estudiando sobre todo a los defensores de los conversos, tendremos una visión más próxima a lo que podía estar pasando realmente. No obstante, era imprescindible ver al menos a un detractor para entender cuál era la imagen oficial que se estaba propagando sobre los conversos para virar al populacho crédulo contra los conversos. Así tenemos lo siguiente: causa oficialÞreligiosa/causa realÞeconómica, dado que no podían ir contra los conversos sólo por el hecho de ser ricos, necesitaban un pretexto que les permitiera desposeerlos de sus cargos y bienes.
El análisis más profundo, que es el realizado por Nentanyahu, vemos como se encarga de una cuestión que es altamente importante: la manera en que caracterizan los RRCC a los conversos para establecer la Inquisición y juzgarlos sin levantar polémicas. Esta deducción realizada por el autor la comprendemos claramente al ver las declaraciones de los cronistas: Oropesa, debatiendo a lo largo de toda su obra la unidad que debe tener la Iglesia, Guzmán con los ejemplos de los buenos conversos y, junto con Pulgar, recalcando que serían buenos conversos tras la segunda generación de los convertidos por coacción… esto denota el fuerte debate que había en esos momentos y que a los RRCC les interesaba acallar para mantener el orden.
Evidentemente la explicación de la bibliografía es más completa que la de los cronistas, lo cual es totalmente lógico dado que está hecho por historiadores cuyo objetivo era realizar una investigación mientras que los cronistas su misión era dejar constancias de los hechos, nada más, y aprovechar con motivo de la crónica para criticar aquellos sucesos que veían injusto, arriesgándose a represalias.
Sin embargo, con la lectura de las crónicas, sin consultar la bibliografía, podemos hacernos una imagen lo suficientemente completa para entender qué factores originaron la creación de la Inquisición y, con la bibliografía, terminarlo de entender.
Conclusiones
Veamos, en un repaso sucinto, que hechos definitivamente desencadenan el establecimiento de la Inquisición tras haber estudiado las fuentes disponibles para este trabajo:
a)     El regreso de los judíos y su conversión, la influencia creciente de las ciudades españolas desde la reconquista de Toledo en 1085 y su habilidad para sonsacarle a la corona las leyes especiales que les negaron a los conversos una posición de igualdad. Estas leyes les negó el derecho a ocupar cargos en la administración pública.
b)     Auge del poder económico de los conversos.
c)      Rivalidad política entre cristianos-viejos y conversos.
d)     Ascenso de los conversos no sólo en el medio rural sino en el urbano.
e)     El viejo conflicto entre la corona y las oligarquías de las ciudades castellanas sobre la participación de éstas en la administración nacional culminó cuando los conversos ampliaron su poder tanto diplomática como económicamente.
f)       Ante las hostilidades, la reacción de resistencia de los conversos en la rebelión que estalló en Toledo en 1449, sirvió de excusa a sus enemigos para tomar represalias.
g)     Los RRCC habían resuelto ya otros problemas y podían atender ahora a la cuestión conversa.

Tanto los defensores de los conversos como sus detractores van a apuntar que fueron los factores económicos los que realmente desencadenaron los ataques, dado que las difamaciones de los detractores eran más en este sentido que a faltas religiosas. Así que la envidia jugó un papel crucial.
Fernando estableció la Inquisición como medio de apaciguar al partido anti-converso para dificultar, si no frustrar, su capacidad de causar nuevos disturbios y desórdenes. Sin duda que pudo prever el daño y desbaratamiento que la Inquisición causaría al entramado social de la nación y el perjuicio que acarrearía a la economía del país, pero esperaba aminorar estas pérdidas inevitables permitiendo a todo converso no condenado por la Inquisición mantener sus posiciones y continuar con sus actividades, y también usando los ingresos de la Inquisición para sostener los proyectos favoritos de la monarquía.
El odio de los cristianos-viejos hacia los cristianos-nuevos se manifestaba cuando estos últimos, como cristianos, accedían a sus derechos, entre ellos, los cargos públicos. Por lo tanto, lo que más les molestaba no era una conducta irregular religiosa, sino su dominio en los cargos públicos y en las riquezas que iban acumulando.
Y con esto, queda perfectamente explicada y esclarecida la pregunta con qué se inició el trabajo ¿Cuáles fueron las causas para la creación del Santo Oficio?


·      Bibliografía
-Pulgar, Hernando: Crónica de los Reyes Católicos. Espasa y Calpe, Madrid, 1943. Edición y estudio por Juan de Mata y Carriazo. Colección de Crónicas Españolas.
-Valera, Diego: Crónica de los Reyes Católicos. Junta para la ampliación de Estudios, Centro de Estudios Históricos, Madrid, 1927. Edición y estudio por Juan de Mata y Carriazo.
-Valera, Diego: Memorial de diversas hazañas. Espasa Calpe, Madrid, 1941. Edición y estudio por Juan de Mata y Carriazo. Colección de Crónicas españolas.
-Pérez de Guzmán, Fernán: Generaciones y semblanzas/Pérez de Guzmán/Claros varones/F. de Pulgar. Zaragoza, Ebro, 1940. Estudio y notas por José Manuel Blecua
-Bernáldez, Andrés: Memorias de los reinados de los Reyes Católicos. Real Academia de Historia, Madrid, 1962. Edición y estudio por Juan de Mata Carriazo y Manuel Gómez Moreno.
-Oropesa, Alonso: Lumen ad revelationem gentium. Biblioteca virtual de Cervantes. Estudio, traducción y edición de Luis A. Díaz y Díaz. (Edición literaria. Universidad Pontificia de Salamanca, 1979) Díaz Bustamante, José Manuel (Edición digital, Alicante, 2002).
-B. Netanyahu: Los orígenes de la Inquisición en la España del siglo XV. Crítica, Barcelona, 1999. Traducida por Ángel Alcalá Galve y Ciriaco Morrón Arroyo. Serie Mayor. Directores: Josep Fontana y Gonzalo Pontón.
-Doris Moreno: La invención de la Inquisición. Ediciones Historia S. A, Marcial Pons, Amos Mundos. Madrid, 2004.
-Henry Kamen: La Inquisición española. Crítica, Barcelona, 1979 (1º edición 1967). Totalmente reescrita y puesta al día por el autor.
-Caro Baroja, Julio: Los judíos en la España Moderna y Contemporánea. Arion, Madrid, 1986. V.1.




[1] No recogido en los resúmenes de las fichas, pero se encuentra en el capítulo CXX del tomo I.