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jueves, 3 de septiembre de 2015

Amaro Pargo, rival de Barbanegra. El Corsario enterrado en el convento.


Buenos días querido lector:

Por historias curiosas, conozcamos una de lápidas piratas en templos.

Muchos son los curiosos que se acercan a las Iglesias, aquí en Canarias, para ver las "tumbas piratas". Para mirar las lápidas centrales en el suelo con las insignias propias de piratas que hartos estamos de ver en las películas.

Si bien no hay que juzgar a la primera por ver lápidas como estas:




Si leemos además que es de un capitán, más tendemos a pensar en piratas. Sin embargo, recapitulemos un poco para entender por qué en Canarias encontramos con frecuencia tumbas en las Iglesias y conventos. Todo aquel edificio eclesiástico levantado antes del siglo XVIII, era común enterrarse allí, encontrando que las élites se situaban en las zonas del interior centrales y cerca del altar; mientras que los menos pudientes se hacían enterrar en los laterales. A partir del siglo XVIII se prohíbe esta práctica, y en Canarias llegó con décadas de retraso esta nueva ley. Además, el signo de lápida funeraria se representaba con la calavera con los huesos cruzados, símbolo que hoy en día lo relacionamos más con la piratería.

Dicho esto siempre es algo digno y curioso de ver y más cuando sabemos que historia hay detrás.

Por otro lado, no hay tumba más famosa y digna de ver que la de Amaro Pargo, cuyo nombre real y completo es Amaro Rodriguez Felipe y Tejera Machado. Este peculiar personaje es originario de Tenerife y fue tan importante que se hizo enterrar en el actual Convento de Santo Domingo:


Una vez más, apreciamos el signo que hoy relacionamos a piratas y, en este caso, no iríamos tan desencaminados si sabemos que fue un Corsario a la altura de BarbaNegra o Francis Drake.
Este hombre nació un 3 de mayo de 1678 en San Cristóbal de La Laguna. Pronto se hará a la mar y gracias a su peripecia y astucia que hace ganar batallas, se hará dueño de su primer navío en regalo por parte de su capitán. Sin desperdiciar oportunidad se convirtió en rico comerciante gracias a los esclavos africanos llevados a América Latina. Además obtendrá la "patente de Corso", por parte de la Corona

((Recordemos que Corsario era un pirata al servicio de la Corona que luchaba en beneficio de la monarquía y a cambio obtenía sus beneficios; mientras que un pirata propiamente vivía al margen de toda ley, con que si era apresado sería ahorcado por robar en todo navío)).

Extenderá sus negocios a vender vino de malvasía de sus tierras en Geneto, Valle Colino y Tegueste. Cuando navegaba rumbo a América para vender sus productos, de paso atacaba a los buques ingleses y neerlandeses en favor a la Corona Española. Así que no nos extrañemos si se convirtiese en el hombre más rico de Canarias en la época.

Sin embargo este corsario tenía su corazón y era fiel devoto católico, donaba bastante dinero a la Iglesia de los Remedios (actual Catedral de La Laguna); construyó una capilla para los pobres y donaba dinero también a los presos de la cárcel.

En 1725 este corsario se convirtió a noble con el título de hidalgo, pero eso no impidió que se enfrentara a temibles piratas como BarbaNegra.

Hoy en día sigue causando admiración este singular personaje. Tal es así que la compañía de videojuegos Ubisoft financió su exhumación en 2013, con vistas de sacar el videojuego: "Assassin's Creed IV: Black Flag". En la exhumación se comprobó que, incluso en su muerte, Amaro Pargo siempre tuvo corazón para lo más desfavorecidos, pues no sólo había familiares enterrados cerca de su tumba, sino también restos de bebés. Esto se debe a la costumbre española de que los bebés sin bautizar eran enterrados junto a un adulto para que fueran guiados al cielo.

Espero que haya gustado esta curiosa historia.

Atentamente,

Elena Rojas


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