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martes, 22 de noviembre de 2016

Inquisición en Sudamérica: Origen de la Santa Sede en las Indias. Felipe II y piratas.


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Buenos días lector:


Empecemos por un dato curioso, me he preguntando como surgió la Inquisición tanto en España como en Europa, pero hoy vamos a cruzar el Atlántico y ver que fue lo que ocurrió para que Felipe II de España decidiera que había necesidad de enviar inquisidores que crearon jurisprudencia en Lima (Perú, Chile, Río de Plata y Paraguay) en Cartagena (Venezuela, Panamá, Puerto Rico y Cuba) y el Tribunal de México (Nueva España y Guatema).
En las Indias Occidentales del siglo XVI los obispos y jefes de órdenes monacales básicamente se tiraban de los pelos al ver las actuaciones de sus subalternos, pues en vez de seguir la virtud cristiana se dedicaban al enriquecimiento prematura y a los gozos de la vida. Como no tenían instituciones ni potestad para castigar sus actos, optaron por mandar continuas cartas a Su Majestad Felipe II sin reparos en llantos dolorosos.

Para hacernos una idea,  Francisco de Toledo, virrey de Perú decía de no poder con los monjes y sacerdotes que saqueaban y violaban a los indios con el pretexto de convertirlos al cristianismo, erraban bandas de salteadores y surgían motines contra las autoridades...¡Envíe inquisidores!. Un fragmento del sacerdote Martínez en la carta de 23 de diciembre de 1567  "en estos reinos del Perú es tanta la licencia para los vicios y pecados que si Dios Nuestro Señor no envía algún remedio, estamos con temor no vengan estas provincias a ser peores que las de Alemania...enviando  Dios Nuestro Señor a este reino jueces del Santo Oficio".

Estas misivas encolerizaron al rey, conocido por su gran fervor cristiano, quién había jurado castigar incluso a su propio hijo si este se salía del camino recto. La gota que colmó el vaso fue que, tras enviar a México a un grupo de piratas apresados que  habían estado saqueando los galeones españoles de las riquezas provenientes de las colonias americanas (todo ello bajo bandera falsa negra  según sus informantes infiltrados en la isla británica, en realidad bajo órdenes inglesas para quedarse con los tesoros indianos e ir introduciendo el protestantismo en América). Dichos piratas al llegar a México en vez de ser enviados a la hoguera  por sus delitos fueron acogidos con jovialidad y puestos a trabajar en las haciendas.
De modo que Felipe II mandó a instalar los Tres Tribunales Inquisitoriales mencionados al principio.

Una vez instaurados su acción fue similar al resto, se utilizó las torturas para arrancar la confesión y se persiguió cualquier creencia que no fuera la cristiana, por no hablar que también ayudó a reprimir cualquier rebeldía indígena.

Atentamente,                                                                                                   
Elena Rojas                     
                                                                 

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