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miércoles, 23 de marzo de 2016

Dioses y héroes. Esclavos del destino.


Buenos días lector:


El otro día vimos un curioso artículo sobre la homosexualidad como hombría en la Antigua Grecia y Roma, donde gracias a la iconografía que dejaban en su cerámica vemos cuán difundidas estaban ideas que nos parecerían hoy hasta descabelladas. 

Sigamos hoy un poco más y volvamos a fijarnos que escenas aparecen en sus jarrones y vasijas. Esta vez de sus mitos, donde sus protagonistas eran siempre los dioses y los héroes. 
Si nos damos cuenta, veremos que en todas las escenas de lucha, los héroes no peleaban solos, los dioses intermediaban constantemente y decidían quién ganaba o perdía. Por lo tanto, la suerte de los guerreros dependían del favor de los dioses. Si estos decidían retirar su apoyo, rápidamente el héroe salía derrotado o muerto.





Si leemos poemas clásicas, como La Ilíada vemos que esta dependencia es absoluta.
(Lucha de Héctor con Aquiles)
Dijo así, justamente, y, después
de blandirla, la lanza disparaba;
no obstante, con un soplo, Atenea
la hizo dar la vuelta para atrás,
alejándola del glorioso Aquiles;
y eso que sopló muy levemente;
y así la lanza llegó de regreso,
hasta el divino Héctor, y allí mismo
vino a caer, delante de sus pies.
Y Aquiles, lleno de ardor guerrero,
Anhelando matarle, se arrojó,
dando espantosos gritos, sobre él;
mas Febo Apolo se lo arrebató
con gran facilidad,
como un dios que es, y en densa nube
lo envolvió, como era de esperar
Homero, Ilíada, Canto XX, 435-445.

Si damos un paso más allá, no sólo los hombres estaban completamente supeditados a la voluntad de los dioses, sino también de los profecías y del destino. Pero no un destino como hoy lo podemos definir: flexible, lo podemos cambiar a nuestra voluntad o, como se suele decir "el destino se lo hace uno mismo". En la época antigua el destino era inamovible y sólo quedaba aceptarlo y esperar su llegada. En cuanto a las profecías, su dependencia era total, romanos y griegos consultaban constantemente a los oráculos o videntes antes de entrar en batalla para saber si los dioses estarían de su lado.

Llegados a este punto nos podemos preguntar ¿por qué? ¿Por qué estos ideales donde la humanidad nada decidía sino obedecía? Tengamos en cuenta que en esta época los únicos medios de difusión eran los mitos, los poemas y la cerámica. Si una población creía que su única alternativa era ser sumisa y obedecer más domable sería para la élite tenerla bajo su manto. Puesto que el líder (rey o emperador) tenía el favor de los dioses.
No es raro pensar esto, puesto que en la Edad Media tampoco cambió mucho la cosa, los reyes tenían el favor de Dios y la Iglesia, quienes cobraban ambos impuestos al pueblo mientras se les prometía el paraíso, el cielo y la vida eterna para el alma después de la muerte. Así que no importaba la vida terrenal, sólo la espiritual.

Afortunadamente, con el paso del tiempo cada vez ha existido una mayor conciencia de la individualidad, del éxito personal y de que el destino se lo hace uno mismo. Es muy interesante como se han actualizado los mitos griegos en las películas mas modernas. Por ejemplo, la última versión de Hércules es interesante, va desmintiendo cada mito de los doce trabajos, eliminando la parte fantástica y cómo va creciendo una leyenda desmesuradamente. El destino profetizado por el vidente sobre su propia muerte no llega a cumplirse pero Hércules acaba convirtiéndose en un héroe verdadero porque creyó en sí mismo a pesar de ser un mortal en vez de un semi-dios. Y vence a los reyes, que no está de más decirlo.

Atentamente,                                                                                                   

Elena Rojas                     
                                                                 
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