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domingo, 8 de noviembre de 2015

Las religiones imperantes. 2º


Buenas tardes querido lector:


Veamos, como comentamos, el artículo complementario al anterior donde estuvimos hablando de las principales religiones que siguen practicándose en la actualidad; hoy veremos unas cuantas más que igualmente arrastran millones de fieles aunque no se disputen los primeros puestos:

Jainismo: es una religión NO TEÍSTA procedente de la India que surge en el siglo IV a.C cuyo fundador es Majavira quién propagó un camino filosófico en que defendía que la conciencia y el alma debía encontrar un estado de divinidad liberadora en que ese estado superior se estaba libre de apegos o aversiones. No reconoce textos sagrados ni dioses del hinduísmo y en la actualidad podemos verla en el este y centro de la India.


Sintoísmo: religión nativa japonesa basada en la creencia de los kami o espíritus de la naturaleza con los que se debía vivir en armonía, así como con los tengu (seres mitológicos y fantasmas japoneses). El budismo japonés predomina hoy en día en el país pero el sintoísmo le sigue de cerca siendo la segunda creencia de los japoneses.

Zoroastrismo: corriente filosófica y religiosa que debe su nombre a su fundador Zoroastro. Se reconoce a un único dios conocido como Ahura Mazda (de ahí que antiguamente el nombre de la religión era mazdeísmo), este era el dios creador de todo. Nace en Irán (antigua Persia) y se expande a la India donde hoy en día tiene el mayor número de adeptos. Tiene numerosos libros pero el más conocido es el Avesta donde se recoge los textos sagrados. Sus principales creencias son: la creencia moral, las personas son libres y responsables para acercarse al bien (rechazo de lo predestinado); fin de los tiempos con el juicio de los actos de cada persona y la salvación es universal por reunir a todas las almas en dicho juicio final.



En los próximos artículos veremos ya las religiones antiguas occidentales y orientales; además de una preciosa historia sobre  la monja incorrupta que se encuentra en el convento de las catalinas de La Laguna y el corsario Amaro Pargo.

Atentamente,

Elena Rojas



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