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martes, 29 de diciembre de 2015

El culmine de nuestra herencia católica: el Concilio de Trento


Buenos días querido lector:


Seguimos en estas fechas navideñas a pocos días del fin de año, como vimos en el artículo Todo queda en los Concilios como decisiones sumamente importantes como la idea de la Santa Trinidad o el espíritu santo se tomaron en estas reuniones durante los primeros siglos; hay que decir que de elegir un Concilio por su importancia y cantidad de elecciones que han marcado un ante y después en el entendimiento de la doctrina católica; fue el Concilio de Trento.

Igual que en los anteriores, su herencia nos ha llegado a nuestros días e ideas que hoy tenemos tan arraigadas que no nos cuestionamos que una vez no fue así, pues sí, una vez no era así ni tan claro y hubo falta que grandes teólogos, obispos y reyes se reunieran para concretar y establecer los cánones definitivos.


Se celebró entre los años 1545 y 1563, en un total de veinticinco sesiones y, naturalmente, tuvo lugar en la ciudad de Trento (al norte de Italia). Ya estábamos en la Edad Media y fue el Papa Paulo III quién lo convocó pero fue presidido por un total de tres papas (Paulo III, Julio III y Pío IV).

La necesidad era urgente, era el siglo de las Guerras de Religiones, se estaba dando la Reforma y había muchos brotes y escisiones cristianas: protestante, anglicana, hugonotes, erasmistas...el emperador Carlos I de España luchaba contra protestantes y la peste asolaba ya el Mediterráneo.

En el Concilio se acordó:

-Trasladarse a Bolonia para huir de la peste.
-Restaurar la Inquisición del siglo XIII para luchar contra la herejía.
-Se afirma la existencia del Purgatorio.
-Se crea la lista de libros prohibidos.
-El celibato.
-Necesidad de la existencia de la Iglesia como mediadora entre Dios y los fieles.
-Formación especializada de los sacerdotes.
-Confirmación de los siete sacramentos.
-Veneración de la virgen María y los Santos.
-Supremacía del Papa.
-Existencia real de Cristo en la Eucarestía.

Todo ello decidido con clara intención de diferenciar el cristianismo católico de las demás ramas y reforzar la autoridad de la Iglesia.


Elena Rojas


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