Subscribe:

Ads 468x60px

sábado, 22 de agosto de 2015

Tribunal de Logroño. Poco antes de las brujas

Buenos días querido lector:


Como prometí, hablar un poco más de los personajes que salían en los vídeos y despistaban. Al igual que Alonso Salazar de Frías, son todos personajes reales que existieron y participaron en el caso de las brujas de Zugarramurdi.

Miremos ahora a los compañeros de “El abogado de las brujas”. Sus compañeros inquisidores, el fiscal y el secretario. Estos eran:

Alonso de Becerra Holguín: monje de cuarenta ocho años perteneciente a la orden de Alcántara. Fue admitido en dicha orden en la ciudad que lo vio nacer (Cáceres). No obstante, vivió principalmente en Alcántara y Salamanca. Su labor como inquisidor comenzó a sus cuarenta años y, exactamente el 26 de marzo de 1601, entró en el Tribunal de Logroño.

Juan de Valle  Alvarado: clérigo de cincuenta y cinco años cuando entró en el tribunal de Logroño y congenió enseguida con su colega Becerra (lo cual entonces no es de extrañar que discutieran con Salazar). Procedente de Santander, fue párroco y comisario inquisitorial. Tras esto fue secretario del obispo de Burgos durante muchos años y luego del de Valladolid (Juan Bautista de Acevedo); cuando éste ascendió a Inquisidor General en 1603, Valle le acompañó como secretario de cámara y, a la muerte de éste en 1608, se convirtió en el flamante inquisidor justo a tiempo para las brujas de Zugarramurdi.

En cuanto al fiscal, Isidoro de San Vicente, ocupó la plaza vacante que había dejado Juan Laso de la Vega. A sus veintinueve años,  se incorporó en septiembre de 1608 al tribunal. Congenió con sus dos superiores también enseguida.

Por último, el secretario Luis de Huertas y Rojas también tenía veintinueve años cuando llegó a Logroño.
De modo que, si os dais cuenta, el caso de las brujas de Zugarramurdi tuvo la extraña casualidades que se encontró en el Tribunal de Logroño a un equipo recién llegado de todas partes y que no llevaban demasiado tiempo allí. De hecho, el último en incorporarse sería Salazar el 20 de junio de 1609 (con cuarenta cinco años) ya fraguándose la impresionante historia. Rápidamente chocó con sus otros dos colegas por tener un pensamiento adelantado a su época.


¿Cómo sabemos esto? Sus continuas disputas quedaron patentes en los documentos. Al tener los tres inquisidores el mismo rango debían ponerse de acuerdo antes de actuar y sus votos debían ser unánimes. Como no lograban ponerse de acuerdo tenían que enviar continuos requerimientos a la Suprema para poder solventar las desavenencias.



Atentamente,

Elena Rojas

0 comentarios:

Publicar un comentario