Subscribe:

Ads 468x60px

lunes, 17 de agosto de 2015

La sombra ignorada (14)

Buenos días querido lector:

Mañana leeremos ya el final de este relato que espero que les haya gustado

Maca disparó.
David y yo también.
Nos acercamos a ella, tenía una bala en la pierna, la mía y otra en el pecho, la de David.
-No hacía falta que fuera letal- objeté.
-Elisa, nos disparó, con eso debe darte una idea de que era “La sombra”- opinó.
-Con más razón, debe ir a la cárcel-.
-¿Por qué no nos llegó ninguna bala? Disparó primero- insistí.
Le apunté con la pistola.
-Elisa ¿qué haces?- me pregunté.
-Ya no hay nadie más, tienes que ser tú- acusé con el dedo en el gatillo.
-¡Por el amor de Dios, no digas burrad…!-.
-¡Lo sé David, digo Nelson!- David se quedó de piedra.
-¿Cómo lo sabes?-.
-Te investigué, eres o fuiste Nelson, el que hace siete años, siendo un adolescente resolvió por su cuenta un caso en que nadie conseguía coger el asesino, te llamaron “el joven prodigio”, pero luego desapareciste. Tienes talento para investigar, igual que “La sombra”, sospechaba de ti pero creí que no podías ser pensando que “La sombra” actuaba mientras tú estabas conmigo-.
-¿Y no serás tú, Elisa?- me acusó levantando el arma hacía mí.
-¡¿Cómo?! ¡He estado contigo!-.
-¡Y yo contigo! Nunca se me ocurrió pensar que pudiera haber más de uno-.
-Mucha casualidad lo tuyo- espeté.
-¡Pues anda que tú! Apareces y “La sombra” se quiere dar a conocer ¿Si me investigaste por qué esperaste a esta noche?-.
-Porque tan idiota que me resistí porque me gustabas- contesté sin tapujos.
-Anda, mira, pues ya somos dos, salvo que yo confié en ti y no te investigué, mal hecho, ahora lo lamento-.
-¡Deja de fingir!- le grité.
-¡¡No, déjalo tú!! ¡Años! ¡Años llevo detrás de ti, me has destrozado la vida y aquí estamos ahora! ¡Te has reído de mí, creo que merezco que más que sea des la cara!- vociferó.
-¡¿Pues si tanto te la he destrozado por qué no disparas?!-.
Uno frente al otro, estaba convencida de que era él el culpable, había varios muertos… y yo no era capaz de disparar… él tampoco.
Me miró, esa mirada la había visto antes, de derrota.
Bajó el arma.
Yo la mía.
Su mirada cambió.
La mano aferró la pistola.
¡La subió!
Subí la mía.
-¡No lo hagas!-
-¡No lo hagas tú!-.
Disparó, me aparté, disparé.
La pistola le voló de la mano manchada de su sangre.
¡Un tercer disparo!
Ni mío ni suyo.
Me volví.
-¡¡¡Usted!!!- grité, incrédula.
-Esa es la diferencia entre tú y los demás, la única que me respeta- me contestó, acercándose.
-¡No te muevas!- le ordené, apuntándole con la pistola, -dame una razón y no dudaré, aunque prefiero que pagues en la cárcel- declaré con toda decisión, agachándome cerca de David pero sin apartar la mirada de “La sombra”.
-Sigo vivo…-murmuró David, - dispara- pidió.
-¿Por qué, Elisa? Eso va en contra de tus principios y tú eres muy recta-.
-David ¿dónde te alcanzó la bala?- le pregunté, ignorando a quien apuntaba.
-Sé que no lo quieres hacer, tu madre fue psicóloga, tú siempre tuviste debilidad por los que sufrían… y yo he sufrido, todos me han maltratado-.
-No sé si ha cogido el corazón- me contestó David.
-Nunca tuve intención de hacer daño, Álvaro disparó a Santiago creyendo que era yo, y a él le pasó lo mismo… lo de Julián fue un accidente de Enrique y yo sólo quería encerrarle en una cámara para los cuerpos, pero forjeceó y en la pelea se disparó el arma…Maca apuntaba para mí, que estaba detrás de ti y de él… podría haberla matado cuando la golpeé… sólo la até, y ahora David te iba a disparar y yo sólo quería protegerte….- dio un paso más hacía nosotros.
-¡Quieto he dicho!- ordené apretando la herida de David. -Ahora mismo llamas a una ambulancia, si no te mato-.
Tiró un aparato que servía para que los móviles no tuvieran cobertura, sacó del bolsillo el de Maca y llamó.
-Sólo quería resolver casos, es lo único que se me da bien… hubiese hecho la carrera, pero mis padres no creían en mí, ni mis profesores, ni mis compañeros… así que acabé como uno de mantenimiento, despreciado por todos, me han hecho bromas pesadas, burlas, destrozar cosas adrede, insultarme o lo peor: ignorado, como una sombra… así, día tras día por los que se creían muy por encima de mí, no me dejaron la oportunidad de intentarlo, me boicotearon cuando intenté presentarme después de aprender de mi mentor, mi tío… no me quedó otro remedio que bajo el anonimato…-.
-Tírame el teléfono para ver si has llamado- ordené, ignorándole.
Me lo tiró, había llamado.
-¿Decepcionada, verdad? Lo puedo leer en tus ojos, como todos, por eso no quería darme a conocer, sabría que así sería respetado y que por una vez llamaría la atención. Aunque sólo se conociera mi talento y mi otro nombre, porque en realidad no soy más que eso para todos…una sombra-.
-La pistola de Julián, tírala-.
La dejó en el suelo.
-Esta es la primera vez que no me salen las cosas como planeé. Llegué a hartarme y quería venganza, les haría sentir lo que me han hecho sentir a mí: intimidación, hacerles sentirse pequeños y yo grande. Hacer que estuviesen tan ocupados con “La sombra” que dejasen en paz al de mantenimiento…-.
-¡Pero no ves que me importa un bledo lo que dices! ¡Sólo quiero salvar a David!- le grité.
-Creí que tenías ganas de cogerme… pero no puedes hacer las dos cosas-.
-¡Si puedo! Vamos a esperar a la ambulancia y si te mueves disparo- no podía ir y esposarle, eso significaría quitar la mano de la herida de David y la sangre saldría mucho más deprisa y moriría.
Sacó el arma de Enrique.
-Para detenerme tendrás que dejarle… no voy a dispararte- aseguró.

-¿Entonces para qué quieres el arma?- le pregunté.

Atentamente,

Elena Rojas

0 comentarios:

Publicar un comentario